Manifestaciones contra el turismo, vecinos enfadados rociando a turistas con pistolas de agua y pancartas que dicen “Su paraíso es nuestra pesadilla” han copado los titulares de medios nacionales e internacionales en los últimos dos años.
El turismo aporta más del 12% al PIB nacional y es improbable que los visitantes dejen de llegar. Sin embargo, más del 80% se concentra en las islas españolas o la costa mediterránea, según Manuel Butler, director de la Oficina de Turismo de España en Londres.
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Ahora existe un esfuerzo por diversificar los destinos…
“España tiene la responsabilidad de liderar el cambio hacia un modelo más sostenible ambiental y socialmente”, dijo Butler. “Invitamos a los viajeros a descubrir regiones menos conocidas, alargar su estancia y evitar los meses de verano en lo posible”.
¿Pero qué hay de las zonas que sí reciben turistas con los brazos abiertos?
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La Rioja
Mientras Barcelona recibió 15.5 millones de turistas el año pasado, solo 180.000 visitaron esta famosa región vinícola.
Entre las suaves colinas prepirenaicas hay más de 500 bodegas, desde pequeñas producciones artesanales hasta algunas de las más premiadas del sector.
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Extremadura
Esta región sin litoral linda con Portugal y alberga tres Patrimonios de la Humanidad: Cáceres, Mérida y Guadalupe.
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La costa verde del norte
Relájese en playas del País Vasco, deleitese en el paraíso gastronómico de San Sebastián o recorra la escarpada costa atlántica desde Asturias hasta Galicia.
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El Hierro, la isla tranquila
Es la menos visitada de Canarias, la más salvaje y occidental.
Un refugio de turismo sostenible: “Queremos aumentar el turismo sin perjudicar la calidad de vida de los residentes ni los recursos naturales”, afirmó Davinia Suárez Armas, consejera de Turismo de El Hierro.
No hay vuelos directos desde fuera del archipiélago, pero su terreno volcánico y bosques densos —hogar de más de 100 especies autóctonas— la convierten en un destino imprescindible.
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Teruel
En el este de España, para llegar aquí hay que conducir al menos cuatro horas desde Barcelona.
Caza de trufas y rutas de senderismo junto a huellas de dinosaurios de 150 millones de años son sus atractivos principales.
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