A las afueras de la capital española, se extienden vastas tierras agrícolas, colinas onduladas y un patrimonio histórico que pueden disfrutarse acompañados de algunos de los mejores vinos del país.
Al sureste de Madrid, se encuentran las comarcas de Las Vegas y La Alcarria, formadas por municipios como Aranjuez, Villarejo de Salvanés y Carabaña.
"Estos municipios contribuyen enormemente a su historia y generan atractivo turístico por su entorno, autenticidad y sencillez", explicó la especialista en turismo de la región, Soraya Belinchón, a 20minutos.
Más de la mitad del vino producido bajo la denominación de origen Vinos de Madrid se cultiva y elabora en estas dos regiones.
Los paisajes también están cubiertos de olivos, donde se pueden probar distintas variedades de aceite en almazaras antiguas. Por ejemplo, en Oleum Laguna (Villaconejos) se pueden degustar diferentes aceites mientras se recorre las instalaciones para conocer el proceso de producción.
Para profundizar en la agricultura de la zona, vale la pena visitar La Almazara, el Museo del Aceite en Brea de Tajo, donde además se ofrecen talleres participativos.
Los restaurantes de la región sirven productos locales, muchos destacando ingredientes de kilómetro cero en sus menús, cosechados esa misma mañana.
Al recorrer estas tierras, se atraviesan pueblos históricos que ofrecen una mirada al pasado de España: paredes blancas, casitas rurales, viviendas cueva y plazas castellanas, un contraste total con el bullicio madrileño.
Si se toma la ruta de Ciempozuelos a Villar del Olmo, se cruzan mares de trigo y amapolas ondeando al viento.
Para quienes prefieren viajar a un ritmo más lento, hay numerosas rutas de ciclismo y senderismo que atraviesan huertos y siguen los ríos Tajo, Jarama y Tajuña, con paradas para un baño refrescante.
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