El primer ministro Pedro Sánchez, ya en una situación complicada, ha recibido un duro revés adicional. Los separatistas catalanes, de quienes dependía para aprobar leyes en el Congreso, han decidido por unanimidad romper sus lazos con su gobierno de izquierdas.
La ejecutiva nacional de Junts per Catalunya, el partido conservador e independentista liderado por el expresidente regional en el exilio Carles Puigdemont, tomó la decisión tras una reunión de tres horas y media este lunes en Perpiñán.
Tras las elecciones generales de julio de 2023, que resultaron en un parlamento fragmentado, Sánchez recurrió a los independentistas para conseguir los votos que necesitaba para su investidura. Como parte del acuerdo, el socialista se comprometió a implementar una serie de medidas, entre ellas una polémica ley de amnistía diseñada para anular los cargos penales contra quienes participaron en el procés de 2017, incluido el propio Puigdemont.
No obstante, Junts ha acusado a Sánchez de incumplir su palabra, llegando Puigdemont a tildar el pacto de “acuerdo roto”. Se esperaba que Puigdemont, acusado de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos, fuera el principal beneficiario de la amnistía, un pacto muy criticado por el PP y Vox. Sin embargo, una resolución judicial del año pasado determinó que la amnistía no era aplicable al delito de malversación, por lo que la orden de busca y captura contra el líder de Junts, que reside en Bélgica desde 2017, permanece vigente.
En una rueda de prensa para anunciar la decisión del partido, Puigdemont también criticó al Gobierno por no lograr que el catalán fuera reconocido como lengua oficial de la UE, una iniciativa bloqueada por aliados europeos que temen los costes adicionales de traducción e interpretación.
Aseveró que su formación asumiría ahora “un papel propio de la oposición” porque “un acuerdo no puede seguir adelante si los pactos no se cumplen”. “A diferencia de otros partidos, insisto en que Junts no está abierto a seguir ayudando a un gobierno que no apoya a Cataluña. Ni a este ni a ningún otro. Nuestro proyecto político no se basa en mantener la estabilidad de España. Si le va bien a Cataluña, hablamos. Si no, adiós”, añadió. “El Gobierno español no tendrá su mayoría de investidura, no tendrá la posibilidad de gobernar, tendrá el poder, pero no podrá ejercerlo.”
Esta jugada dejará al gobierno en minoría de Sánchez, que no ha podido aprobar unos Presupuestos Generales desde el inicio de su mandato, incapaz de sacar adelante legislación clave.
En respuesta, el presidente catalán, Salvador Illa, un aliado clave de Sánchez, instó a Junts a actuar con “sentido común” y a priorizar los intereses de Cataluña. “La economía española es la que más crece en Europa, y el Gobierno de Sánchez está cumpliendo sus promesas con otros partidos. ¿Vamos a bloquear eso?”, declaró.
