Ubicado en la costa mediterránea, el Puerto de Alcudia en Mallorca alberga un capítulo poco conocido de la historia del cine: fue aquí donde el legendario actor Robert Redford descubrió un santuario para sanar y dedicarse a sus inquietudes creativas en la década de los sesenta. La historia del vínculo de Redford con España y Mallorca comenzó mucho antes de su ascenso al estrellato de Hollywood, como reveló durante una visita a Madrid en 2012 con motivo del Festival Sundance: “Vine por primera vez con 19 años. Estudiaba para ser artista, y escogí España”.
Ese viaje inicial nada tuvo que ver con el cine. Las aspiraciones de Redford se centraban en la pintura, y sus destinos elegidos incluyeron Palma y Alcudia, donde se sumergió brevemente en un estilo de vida artístico alejado del bullicio estadounidense. Sin embargo, su primera estancia mallorquina fue corta. Tardaría casi una década en regresar, lo que hizo en 1965 tras una experiencia emocionalmente agotadora durante el rodaje de ‘Situación desesperada… pero con final feliz’ en Múnich. Según documenta Vanity Fair, escribió en su diario: “Espero llegar a España y alquilar una villa donde, ojalá, todo termine: las horas de insomnio y la presión, los nervios y la ansiedad innecesarios”.
La familia Redford se estableció inicialmente en el barrio de Can Pastilla, en Palma, pero un gran cartel publicitario que obstruía su vista al mar les impulsó a buscar un entorno más auténtico y tranquilo. Esta búsqueda les llevó hasta Puerto Alcudia.
**De pueblo pesquero a refugio de celebridades**
En los años sesenta, Puerto Alcudia era una modesta comunidad pesquera en la costa norte de Mallorca, que aún no había experimentado el turismo masivo. Su bahía de aguas someras, playa de 7 kilómetros y su amalgama única de vida marítima, rural y cultural ofrecían justo lo que Redford buscaba: tranquilidad, belleza natural y anonimato.
“Nos quedamos en Puerto Alcudia, un pequeño pueblo de pescadores. Era perfecto porque deseaba educar a mis hijos en otras culturas”, explicó Redford posteriormente. Durante su estancia, se dedicó a la pintura y a la lectura, viviendo lejos de la atención mediática en una villa costera con su familia.
**El Puerto Alcudia contemporáneo**
El Puerto Alcudia actual ha evolucionado considerablemente. La localidad equilibra su herencia pesquera con un puerto deportivo y comercial bullicioso que conecta con otras islas. Sus infraestructuras incluyen ahora restaurantes frente al mar, comercios tradicionales, paseos marítimos, el cercano Parque Natural de s’Albufera y las murallas medievales del casco antiguo de Alcudia, a minutos del puerto.
Aunque la estancia de Redford en Mallorca fue relativamente breve, su conexión con la isla fue genuina. Llegó no como una estrella de cine, sino como un joven artista en busca de sentido, y más tarde como un padre que buscaba respiro de las presiones profesionales. Puerto Alcudia le brindó exactamente eso: un refugio apacible donde pudo centrarse en la vida familiar y en sus pursuits artísticas lejos de los focos.
