Los demócratas de Texas que abandonaron el estado para frenar a los republicanos en el tema de la redistribución de distritos han vuelto a Austin, terminando así un enfrentamiento de dos semanas por el plan del presidente Donald Trump de crear cinco nuevos escaños congresionales para el GOP.
Su regreso significa que la Cámara de Texas ahora tiene suficientes legisladores para aprobar un nuevo mapa que beneficie al GOP. Los demócratas usaron esta táctica para retrasar los trabajos legislativos y llamar la atención nacional sobre la decisión de los republicanos de impulsar una redistribución fuera de ciclo antes de las elecciones intermedias.
En un comunicado, el Caucus Demócrata de la Cámara de Texas dijo que los miembros regresaron el lunes por la mañana "para comenzar la siguiente fase de su lucha contra el gerrymandering racista que provocó un enfrentamiento de semanas con el gobernador [Greg] Abbott y el presidente Trump".
Este conflicto en Texas desató una batalla nacional de redistribución, destacándose especialmente el gobernador de California, Gavin Newsom, quien prometió contraatacar a los republicanos de Texas eliminando el mismo número de distritos demócratas en el mapa congresional de California. Trump también ha presionado para llevar su plan de redistribución a otros estados liderados por republicanos, como Indiana y Missouri.
Tras el regreso de los demócratas al capitolio estatal, la Cámara reinició sesiones el lunes por la tarde con suficientes miembros para alcanzar el quórum y realizar negocios oficiales por primera vez en semanas. El mapa y otra legislación ahora pasarán a comités antes de que la sesión se reanude el miércoles.
Esto provocó otra demostración de fuerza del GOP: el presidente de la Cámara, Dustin Burrows, asignó agentes de seguridad para escoltar a los demócratas durante los próximos dos días y asegurar su regreso a Austin el miércoles. Los líderes republicanos ya habían autorizado a agentes del Departamento de Seguridad Pública a vigilar las casas de los legisladores mientras estaban fuera del estado.
Los demócratas debatieron cuánto tiempo permanecer fuera, pero finalmente establecieron dos condiciones para su regreso: que la legislatura terminara su primera sesión especial y que California presentara su propio mapa asignando cinco escaños más a los demócratas. Ambas condiciones se cumplieron el viernes, lo que impulsó el regreso de los legisladores.
Al romper el quórum, los miembros acumularon multas de cientos de miles de dólares. También desataron una batalla legal iniciada por Abbott y el fiscal general Ken Paxton, quienes buscaron destituir a algunos demócratas.
La ayuda para las víctimas de las inundaciones en Texas Central se vio retrasada por el conflicto. Los republicanos priorizaron la redistribución sobre los fondos de emergencia, algo que los demócratas calificaron de irresponsable. El GOP respondió acusando a los demócratas de retrasar la ayuda al permanecer fuera del estado.
Abbott prometió convocar más sesiones especiales después de la primera, comenzando con una segunda el viernes, aumentando así la presión sobre los demócratas para que terminaran su protesta.
