Cuatro mujeres militares han iniciado una demanda colectiva histórica contra las fuerzas armadas australianas, alegando abuso sexual, acoso y discriminación.
Los abogados dijeron que esperan que miles de mujeres se unan al caso contra la Fuerza de Defensa Australiana (ADF), que fue presentado en el Tribunal Federal el viernes.
Las demandantes, cuyos nombres se mantienen en reserva por razones legales, incluyen en sus relatos ser inmovilizadas contra una pared para que las manosearan y despertarse desnudas y magulladas después de una fiesta con oficiales hombres.
Un portavoz de la ADF declaró que están desarrollando una estrategia para prevenir conductas sexuales indebidas y que “no hay lugar para la violencia sexual” en el ejército.
Todas las mujeres que sirvieron entre el 12 de noviembre de 2003 y el 25 de mayo de 2025 pueden unirse a la demanda, presentada por el bufete de abogados JGA Saddler.
Una de las demandantes principales era miembro de la fuerza aérea y una de las dos únicas mujeres en un edificio con unas 200 personas.
Alegó que fue objeto de comentarios hostiles y sexistas, conversaciones inapropiadas y que le mostraron fotos pornográficas sin su consentimiento.
También alegó que su sargento le dijo que “las mujeres no deberían cobrar igual que los hombres porque no son tan fuertes”.
Otra de las cuatro solicitantes, que se unió a la marina, dijo que fue objeto de comentarios obscenos durante su entrenamiento y de tocamientos no deseados.
También contó que, durante un servicio en el extranjero, un compañero la agarró y la besó, resistiéndose a sus intentos de zafarse.
Un informe importante sobre suicidios entre veteranos australianos el año pasado encontró que hubo unos 800 reportes de agresión sexual dentro de la ADF entre 2019 y 2024.
El informe señaló que se estima que existe una tasa de incidencias no denunciadas del 60% en la ADF y que eso es “solo una parte de todas las formas de conducta sexual indebida que ocurren”.
“La amenaza de la guerra a menudo no es el mayor temor de seguridad para el personal femenino de la ADF, sino la amenaza de la violencia sexual en su lugar de trabajo”, dijo el abogado Josh Aylward de JGA Saddler.
“Se alistaron para defender a su país, no para tener que defenderse de sus compañeros de la ADF a diario, todo mientras intentan simplemente hacer su trabajo.”
Un portavoz de la ADF reconoció que “queda trabajo por hacer” y añadió que “todo el personal de defensa tiene derecho a ser respetado y merece tener una experiencia laboral positiva en la ADF”.