China transforma tierras de cultivo en centros de datos para competir con la dominación estadounidense en IA
El proyecto de 37 mil millones de dólares en Wuhu subraya la urgencia de Pekín en inteligencia artificial
Las restricciones a la exportación dejan a China dependiendo mucho de chips locales menos potentes
Las ambiciones de China en inteligencia artificial han ganado nueva visibilidad con su plan para desarrollar una alternativa doméstica al masivo Project Stargate que están llevando a cabo OpenAI y Oracle en Estados Unidos.
Mientras se espera que la iniciativa estadounidense soporte hasta dos millones de chips de IA, Pekín está avanzando en su propia versión, anclada por un proyecto de 37 mil millones de dólares en Wuhu.
Aunque es mucho más pequeño que los 500 mil millones de dólares vinculados a Stargate, el proyecto chino está diseñado para consolidar la capacidad computacional existente en una red más centralizada.
El proyecto de Wuhu y su escala
El lugar seleccionado para este proyecto está en Wuhu, al este de China, y cubre antiguos arrozales en una isla de 760 acres en la cuenca del Río Yangtsé. Esta tierra, que una vez se dedicó a la producción de alimentos, se está convirtiendo en una "isla de datos" para cuatro de los mayores operadores tecnológicos del país: Huawei, China Mobile, China Telecom y China Unicom.
Al situar el nuevo "mega-clúster" de centros de datos cerca de ciudades importantes como Shanghai, Hangzhou y Nanjing, los planificadores esperan ofrecer servicios de inferencia más rápidos a las densas poblaciones urbanas. A partir de 2022, China animó la construcción de granjas de servidores en provincias del interior con suministros de energía baratos.
Sin embargo, estos sitios a menudo permanecían inactivos, ya que los gobiernos locales reasignaban la capacidad a áreas donde la demanda era mayor. El nuevo plan intenta solucionar esto conectando tanto los centros de datos urbanos como los remotos através de la tecnología UB-Mesh de Huawei. Esta tecnología puede proporcionar redundancia mientras permite vender la capacidad de computación no utilizada.
Los subsidios del proyecto Wuhu, que cubren hasta un 30% de los costes de adquisición de chips de IA, reflejan además la urgencia de Pekín por poner en funcionamiento los nuevos clústeres. China tiene actualmente alrededor del 15% de la potencia computacional global de IA, mucho menos que el 75% estimado de Estados Unidos.
Las restricciones a la exportación han bloqueado el acceso a las GPUs avanzadas de Nvidia, dejando a los proveedores domésticos incapaces de igualar completamente el rendimiento extranjero. Esa brecha ha creado incentivos para el contrabando de hardware, aunque las autoridades parecen empeñadas en desarrollar stacks de IA autosuficientes para reducir la dependencia de fuentes extranjeras.
El objetivo a largo plazo es que dicha infraestructura permita tanto a empresas como a individuos desplegar herramientas de IA más sofisticadas. Si los chips locales pueden apoyar esta ambición sigue siendo incierto en comparación con las opciones occidentales que alimentan los principales centros de datos en el extranjero.
La conversión de tierras de cultivo en espacio para servidores plantea preguntas sobre la sostenibilidad, la asignación de recursos y la demanda energética. Los partidarios ven los proyectos como vitales para estrechar la brecha tecnológica, mientras que los escépticos señalan los costes de desviar tierras agrícolas y la incertidumbre de depender de chips locales menos potentes.
