En España, es ilegal percibir un salario inferior al mínimo interprofesional si se es un empleado a tiempo completo. No obstante, si eres ‘autónomo’, ¿estás obligado a darte de alta y tributar aun cuando tus ingresos sean escasos?
La condición de autónomo en España puede presentar notables desafíos, derivados de las elevadas cuotas de la Seguridad Social que se deben abonar mensualmente y de la compleja burocracia asociada.
Pero, ¿es realmente imperativo registrarse y pagar impuestos si los ingresos mensuales no alcanzan el salario mínimo?
Para 2025, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en España se establece en €1.184 mensuales para quienes reciban 14 pagas, y en €1.381 para aquellos con 12 pagas al año.
Adicionalmente, el salario mínimo diario para los trabajadores eventuales y de temporada es de €56,08.
Conforme a los datos del sitio de noticias OK Diario, el 60 por ciento de los trabajadores autónomos en España obtuvieron ingresos por debajo del SMI durante 2024. Existen más de 3,4 millones de autónomos registrados en el país, pero más de 2 millones perciben menos de €1.125 al mes.
Esto supone que se abonaron €6.200 millones en cotizaciones a la Seguridad Social por parte de quienes ganaban menos del salario mínimo en 2024.
Actualmente, en España, solo los trabajadores asalariados con ingresos superiores a €22.000 anuales están obligados a presentar la declaración de la renta, quedando exentos aquellos con ingresos inferiores a dicha cantidad.
Sin embargo, si eres autónomo, deberás cumplimentar la declaración de la renta, inclusive si tus ganancias no alcanzaron los €22.000.
La cuestión de si es necesario o no registrarse como autónomo en España y tributar, aun con ingresos ínfimos, es un tema recurrente y se sitúa en un área gris, donde ni siquiera muchos abogados pueden ofrecer una respuesta concluyente.
Pensemos en los freelancers que están iniciando su proyecto y se hallan en fase de crecimiento, pero cuyas ventas aún no les permiten alcanzar el SMI. También aplica a autónomos que atraviesan una etapa de dificultades económicas o a quienes trabajan de manera esporádica, como profesores de idiomas que quizá impartan solo unas pocas clases semanales.
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¿Qué estipula la legislación española?
En 2007, el Tribunal Supremo emitió una sentencia que establecía que no era necesario registrarse como autónomo si los ingresos se situaban por debajo del SMI. Desde entonces, varios trabajadores por cuenta propia han ganado casos judiciales argumentando y demostrando que sus ganancias eran inferiores al mínimo.
No obstante, más recientemente, la Sentencia del Tribunal Supremo 941/2025 dejó claro que el hecho de ganar menos que el salario mínimo no excluye automáticamente la obligación de registrarse como trabajador autónomo.
Autónomos en España: ¿Qué es una base de cotización y cuál debería elegir?
La normativa de la Seguridad Social española especifica que “deberán darse de alta como trabajadores por cuenta propia quienes realicen de forma habitual, personal y directa una actividad económica con ánimo de lucro, sin sujeción a un contrato de trabajo, aunque se utilice el servicio retribuido de otras personas, sea o no titular de empresa individual o familiar”.
De acuerdo con la Tesorería General de la Seguridad Social y la Inspección de Trabajo, si se realiza una actividad económica por cuenta propia se debe registrar, no existiendo un mínimo de ingresos exento.
Esto implica que, en teoría, debes registrarte si trabajas de forma regular, aun cuando tus ingresos sean bajos, ya sea que trabajes 40 horas a la semana o solo dos tardes.
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La realidad es que, si no estás debidamente registrado, no puedes emitir facturas legales a clientes en España y, por tanto, no podrías generar ingresos de manera formal. Sí puedes facturar a clientes en el extranjero, aunque ello no garantice alcanzar el SMI español.
Aunque no superes el SMI, si emites facturas cada mes, el Ministerio de Seguridad Social y la Agencia Tributaria (Hacienda) podrían descubrir que no estás registrado. Otras empresas a las que factures tendrán constancia de haberte pagado y dicha información se incluirá en sus declaraciones trimestrales de impuestos.
Podrían imponerse sustanciosas multas si no estás registrado cuando deberías estarlo, aunque el monto final dependerá de las circunstancias individuales.
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Cotizaciones a la Seguridad Social
El principal inconveniente de registrarse como autónomo con ingresos muy reducidos radica en el pago de las cuotas mensuales a la Seguridad Social. Hasta 2023, se abonaba una tarifa plana de €289 al mes (€60 durante el primer año), independientemente de los ingresos obtenidos —inclusive si no se generaba ninguno—.
Este sistema se modificó por otro considerado más equitativo, donde las cotizaciones se vinculan a los ingresos reales mensuales. El problema reside en que la cuota mínima vigente en 2025 es de €205,23 mensuales, aplicable a quienes ganan menos de €670, muy por debajo del SMI. Esto representa un gasto significativo cuando se gana tan poco.
Las cotizaciones solo aumentan a partir de ahí. De hecho, si tus ingresos se aproximan a los €1.381 mensuales del SMI (12 pagas), aún tendrás que pagar €301,68 en conceptos de Seguridad Social.
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¿Y el pago de impuestos?
Como autónomo, debes liquidar tus impuestos trimestralmente, además del IVA.
Se abona un 19% de IRPF por ganancias anuales de hasta €12.450, un 24% por ingresos entre €12.451 y €20.200, un 30% por rentas entre €20.201 y €35.200, y un 37% desde €35.201 hasta €60.000.
Como se puede apreciar, esto significa que, incluso ganando por debajo del salario mínimo y obteniendo menos de €12.450 al año, aún debes pagar el 19% en impuestos.
Al presentar tu declaración anual, usualmente en junio por el ejercicio anterior, las autoridades españolas calcularán el total de impuestos satisfechos. Si has pagado de más, lo cual es probable con ingresos inferiores al SMI, se te devolverá el exceso. No obstante, las cotizaciones a la Seguridad Social no son reembolsables.
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¿Qué soluciones existen?
Resulta bastante complicado, ya que no existen soluciones universales.
Puedes darte de baja como autónomo hasta tres veces al año. Esto significa que, si anticipas que en ciertos meses tus ingresos estarán por debajo del SMI, puedes proceder a la baja temporal.
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En lugar de no declarar los ingresos obtenidos, puedes facturarlos posteriormente una vez te hayas registrado de nuevo. Si es posible, podrías aguardar y facturar varios pagos de manera conjunta, asegurándote así de que tus ingresos de ese mes sean suficientes para cubrir la cuota de autónomos y los impuestos correspondientes.
Conviene recordar que, a pesar del desembolso que supone, registrarse como autónomo y cumplir con las obligaciones fiscales y de cotización conlleva varios beneficios. Se tiene derecho a la asistencia sanitaria pública, prestación por incapacidad temporal, permisos de maternidad o paternidad, y una futura pensión estatal (si se reúnen los requisitos).