La productora mexicano-americana Delia Beatriz, conocida como Debit, tiene un talento especial para apropiarse de sonidos históricos. Su gran éxito del 2022, The Long Count, presentaba paisajes sonoros ambient y vertiginosos, creados a partir de muestras procesadas electrónicamente de flautas mayas antiguas. En su último disco, Desaceleradas, Beatriz vuelve su atención a la tendencia de los 90s de la cumbia rebajada. Al ralentizar el género de baile afrolatino de la cumbia hasta un tempo pesado, la cumbia rebajada es una interpretación influenciada por el dub de un sonido típicamente animado y festivo. El DJ Gabriel Dueñez popularizó el estilo con sus cassets bootleg; dos de sus primeras lanzamientos ahora forman la base de los experimentos de Beatriz.
La imagen de la portada para Desaceleradas. Foto: Modern Love
Situándose en un punto entre los Disintegration Loops de William Basinski y el estilo ‘chopped and screwed’ de DJ Screw, Desaceleradas reduce las sincopaciones de sintetizador de la cumbia rebajada hasta un territorio ambiental irreconocible. La Ronda y el Sonidero y Vinilos Transnacionales contienen indicios del característico ‘shuffle’ de la cumbia y de la melodia de sintetizador, pero el añadido de Beatriz de ruido de cinta, reverberación y distorsión melódica transforman el estilo en un mundo sonoro espectral y inquietante, como una música de feria de pesadilla y drones nostálgicos.
Mucho más que un simple ejercicio académico de ralentizar material hasta su bpm más bajo posible, los arreglos de Beatriz nos fuerzan a enfocarnos en la extrañeza innata del momento presente. En Bootlegs, un simple tono de sintetizador se convierte en una distorsión industrial prolongada y áspera. Cholombia, MTY resalta la disonancia atonal producida entre las notas de una melodía en cámara lenta y Los Balleza resuena con una reverberación cacofónica.
La disección granular de los sonidos por parte de Beatriz significa que están constantemente cambiando, creando una sensación equivalente al mareo. Esta cualidad inquietante es lo opuesto a la ambiencia meditativa de fondo. En cambio, en Desaceleradas Beatriz realiza una hazaña notable, demostrando cómo la lentitud y la sutileza pueden contener tanta aprensión e incomodidad como el caos del ruido.
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La productora peruana Alejandra Cárdenas, alias Ale Hop, lanza su álbum debut bajo su propio nombre, A Body Like a Home (Other People). Con franca poesía hablada sobre crecer bajo la dictadura de Alberto Fujimori, Cárdenas crea 13 pistas impresionistas de música ambiental autobiográfica. El sexteto con base en Ámsterdam, Nusantara Beat, transforma el estilo tradicional indonesio del keroncong en un psicodelia reluciente en su debut homónimo (Glitterbeat). Lo más destacado incluye el synth funk de Ular Ular y los pegadizos melódias dobles de guitarra y voz de Kalangkang. El último álbum del percusionista y productor Sarathy Korwar, There Is Beauty, There Already (Otherland), es una enérgica carta de amor al ritmo. Tocando como una suite continua de 40 minutos de batería, Korwar nos sumerge en un estado hipnótico de repetición, haciendo referencia a todo, desde el free jazz hasta las frases de konnakol.
