En una revelación explosiva que ha reavivado la indignación por los privilegios reales, se ha sabido que el príncipe Andrew lleva años de retraso en el pago del alquiler de su lujosa mansión de Windsor, Royal Lodge, desde hace 22 años, a pesar de una cláusula de «alquiler nominal» incluida en su contrato de arrendamiento de 2003.
Una tasa simbólica es una cantidad meramente testimonial, muy por debajo del valor de mercado. No obstante, en este caso, el ex duque de York ni siquiera ha abonado esa cantidad.
Mientras el escándalo Epstein continúa persiguiendo al duque caído en desgracia, por no mencionar el caso de espionaje chino, surge la pregunta crucial: ¿Deberían desahuciar al príncipe Andrew de la propiedad de 30 habitaciones por este impago simbólico? Con los contribuyentes potencialmente obligados a asumir un rescate de 558.000 libras, la indignación pública llega a su punto álgido, y muchos exigen que se exijan responsabilidades al que fuera un miembro favorito de la familia real.
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¿Incumplió el contrato el llamado a desahuciar al príncipe Andrew?
El contrato de arrendamiento, que originalmente se aseguró mediante un desembolso inicial de un millón de libras y 7,5 millones en reformas, estipula que Andrew debe pagar únicamente un alquiler simbólico anual, «si se le requiere», una cantidad nominal arraigada en la antigua legislación británica sobre propiedad. Esto significa, en la práctica, que no ha pagado alquiler alguno desde 2003, una cifra muy inferior a la tasa de mercado de 260.000 libras de la época, según confirman documentos filtrados. Los expertos legales subrayan que, si bien el acuerdo podría considerarse blindado, el desahucio depende de un incumplimiento contractual, como no entregar esa cantidad simbólica en un plazo de 21 días tras una demanda formal, o descuidar el mantenimiento de la propiedad, algo ya evidente según los informes que hablan de fachadas deterioradas.
Derechos de usucapión – El Rey no puede desahuciar al príncipe Andrew
El rey Carlos III se enfrenta a una nueva grieta en la familia real: no existe cláusula de rescisión hasta 2028, lo que lo deja impotente para obligar a Andrew a marcharse sin una compensación a través de la independiente Crown Estate. «El Rey no tiene potestad para desahuciar a Andrew… la Crown Estate no ha establecido nuevos plazos», afirma el periodista real Richard Palmer. Sin embargo, con la asignación anual de un millón de libras de Andrew suprimida y los costes de seguridad disparados hasta los tres millones anuales, que ahora se financian de forma privada, el ex duque se aferra a Royal Lodge como su «último símbolo de estatus» y rechaza mudarse a la más modesta Frogmore Cottage.
¿Por qué deberían los contribuyentes pagar los gastos del príncipe Andrew?
La disparidad resulta hiriente en medio de las secuelas del caso Epstein, donde Andrew llegó a un acuerdo extrajudicial por 12 millones de libras en 2022. A diferencia del príncipe Harry y Meghan, a quienes se les pidió discretamente que abandonaran Frogmore en 2023 tras reembolsar 2,4 millones en reformas, el trato de Andrew pone de manifiesto un doble rasero flagrante para los miembros de la familia real que no desempeñan funciones oficiales. Las encuestas reflejan este cambio de opinión: el 85 % de los encuestados en un sondeo del Daily Mail exige que desocupe la mansión, haciéndose eco del llamamiento del diputado Robert Jenrick: «el público está harto de él… ¿por qué deberían los contribuyentes asumir los costes?»
Entonces, ¿deberían desahuciar al príncipe Andrew por esta evasión del pago simbólico? Muchos argumentan que sí, pues constituye un incumplimiento claro que conlleva la caducidad del contrato según la legislación británica, similar a las notificaciones por impago. Los detractores señalan la justificación de seguridad del arrendamiento, pero con las facturas de mantenimiento alcanzando los 400.000 euros anuales y sin una intervención parlamentaria a la vista, las perspectivas son condenatorias.
Mientras crecen las voces que piden la retirada de títulos y auditorías de privilegios, el destino de Andrew podría redefinir la rendición de cuentas de la monarquía. ¿Exigirá Carlos el pago retroactivo del alquiler simbólico e iniciará un proceso de desahucio? ¿O primará la lealtad familiar a costa del erario público? La nación observa, con la cartera en la mano.
