De Seinfeld a Cadena Perpetua: Cómo Rob Reiner Cambió Hollywood Para Siempre

Como cineasta, Rob Reiner defendió el humor, la civilidad y la inteligencia – cualidades que uno supondría fuera de lugar en el Hollywood de los 80, donde se hizo famoso, y en los 90, donde logró una serie de éxitos extraordinarios y de gran alcance. Reiner tenía un interés familiar en el funcionamiento de la comedia en pantalla: su padre Carl tuvo un papel clave en los programas de televisión de Sid Caesar, que fueron revolucionarios, y ayudo a dar a luz a una nueva generación de cómicos dirigiendo el debut cinematográfico de Steve Martin, *The Jerk*. Rob se convirtió en un nombre familiar como “Meathead”, el contrapunto liberal al intolerante Archie Bunker de Carroll O’Connor en la comedia de los 70 *All in the Family*. Pero fue como director y productor donde realmente dejó su huella.

En 1984, Reiner estrenó *This Is Spinal Tap*, un “falso documental” sobre una banda ficticia de heavy metal británica que reescribió las reglas de lo que la comedia podía hacer. Se burló del comportamiento rockero y codificó sus clichés, dándonos frases que no han perdido su fuerza cómica tras más de 30 años: “Los números llegan hasta el 11”, “es una línea tan fina entre lo estúpido y lo… listo”. Su uso de la comedia improvisada fue revolucionario para una película de Hollywood, y popularizó enormemente el estilo del mockumentary; esfuerzos posteriores como *Borat* le deben un gran deuda. Casi sin querer, Spinal Tap se convirtió en una banda casi real, con giras y discos.

La siguiente película de Reiner, *The Sure Thing*, no fue tan innovadora. Pero la siguió en 1986 con un tipo de película adolescente muy diferente: *Stand by Me*, adaptada de una novela corta de Stephen King. Esta película mostró el lado más romántico y nostálgico de Reiner, y se instaló en la mentalidad popular. También demostró que Reiner tenía talento para el drama, no solo para la comedia.

LEAR  Sam Fender comparte nuevas canciones 'Wild Long Lie' y 'Me and the Dog'

Luego vino la tercera obra maestra de Reiner en los 80, *The Princess Bride*. Su brillante mezcla de romance adolescente y comedia que pincha clichés la hizo enormemente influyente. Habiendo perfeccionado el romance adolescente, Reiner luego estrenó en 1989 una de sus obras más triunfales: *When Harry Met Sally*, con un guión de Nora Ephron. Reiner y Ephron revitalizaron la comedia romántica clásica y la hicieron relevante para una nueva generación.

Quizás inevitablemente, el resto de su carrera como director no pudo igualar el impacto cultural de esas cuatro películas, aunque hizo notables adaptaciones de King como *Misery* y dirigió los guiones de Aaron Sorkin *A Few Good Men* y *The American President*. Fue como productor y ejecutivo de Castle Rock donde tendría un impacto aún mayor. En 1989, su compañía produjo un piloto poco considerado llamado *The Seinfeld Chronicles*. Como registra la historia, *Seinfeld* se convirtió en uno de los programas de televisión más exitosos de todos los tiempos.

Como productor, Castle Rock volvió a alcanzar nuevas cumbres con dos películas de prisión no de terror de Stephen King: *The Shawshank Redemption* y *The Green Mile*, ambas éxitos de culto. La influencia de Reiner en Hollywood no se trató de explosiones y superpoderes, sino de ideas, empatía e ingenio, y fue aún más impresionante por ello.

Deja un comentario