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La desigualdad de género en la economía es evidente en toda Europa. Se manifiesta en numerosos ámbitos, incluyendo el empleo, el desarrollo profesional y los salarios. Un regulador oculto de esta brecha es el trabajo no remunerado. En los países de la OCDE, las mujeres realizan casi el doble de trabajo no remunerado que los hombres cada día.
En 23 países europeos, las mujeres llevan a cabo en promedio un 86% más de trabajo no remunerado que los hombres, ligeramente por debajo del doble. Más concretamente, las mujeres dedican 262 minutos diarios al trabajo no remunerado, mientras que los hombres destinan 141 minutos. Esto se traduce en una brecha de 121 minutos, es decir, dos horas cada día.
Las diferencias en el trabajo no remunerado entre mujeres y hombres varían considerablemente entre los países europeos. ¿Qué países presentan las brechas más amplias y más reducidas? ¿Cuáles son las principales causas subyacentes al trabajo no remunerado? ¿Y por qué la brecha es especialmente grande en algunos países?
La brecha es menor en Suecia y mayor en Turquía
Entre los 23 países europeos, la brecha de trabajo no remunerado entre mujeres y hombres oscila entre el 29% en Suecia y un abrumador 349% en Turquía.
En Suecia, las mujeres invierten 220 minutos diarios en trabajo no remunerado, en comparación con los 171 minutos de los hombres, lo que supone una diferencia de 49 minutos. Las suecas registran, además, el menor tiempo de trabajo no remunerado entre todos los países del listado.
Los países nórdicos lideran en la reducción de la brecha
Otros tres países nórdicos siguen a Suecia con las brechas de trabajo no remunerado más bajas: Dinamarca (31%), Noruega (35%) y Finlandia (50%).
Tras el caso atípico de Turquía, donde las mujeres efectúan 3.5 veces (349%) más trabajo no remunerado que los hombres, las siguientes brechas más elevadas se observan en el sur de Europa: Portugal (242%), Grecia (173%) e Italia (134%). España también ocupa un puesto alto, en séptima posición, con una brecha del 98%, lo que implica que las mujeres realizan casi el doble de trabajo no remunerado que los hombres.
El informe de la OCDE “La igualdad de género en un mundo cambiante” determina que “el trabajo no remunerado actúa como una barrera para el trabajo remunerado de algunas mujeres, manteniéndolas al margen del mercado laboral”.
No es casualidad que Turquía presente la tasa de empleo femenino más baja en 2024, con un 37%, frente al promedio de la UE del 53%, según la OCDE. Italia le sigue con un 42%, y Grecia ocupa el cuarto lugar con un 45%. Estos países también reportan las mayores brechas de género en el trabajo no remunerado.
Responsabilidades de cuidado y normas sociales
Dorothea Schmidt-Klau, directora del departamento de Empleo, Mercados Laborales y Juventud de la OIT en Ginebra, explicó a Euronews Business por qué Turquía e Italia se sitúan a la cabeza en Europa en cuanto a la proporción de “personas disponibles para trabajar pero que no buscan empleo activamente”.
“Las responsabilidades de cuidado y las normas sociales son otros dos factores que juegan un papel crucial, especialmente en Turquía”, afirmó.
“El acceso limitado a servicios de cuidado infantil y de personas mayores asequibles, unido a actitudes sociales respecto a los roles de la mujer, reducen la capacidad de las mujeres para participar en una búsqueda activa de empleo”. Como resultado, indicó, las tasas de empleo femenino se encuentran entre las más bajas de los países de la OCDE.
Entre las cinco mayores economías europeas, Italia y España registran los peores resultados, mientras que Alemania muestra la brecha más reducida, con un 61%, seguida de Francia con un 66% y el Reino Unido con un 78%.
Las mujeres superan las 5 horas de trabajo no remunerado en 3 países
En Portugal (328 minutos), Italia (306 minutos) y Turquía (305 minutos), las mujeres realizan más de cinco horas de trabajo no remunerado diarias.
Esta cifra supera, además, las 3.5 horas incluso en Suecia, que presenta el menor tiempo de trabajo no remunerado. Francia ocupa el segundo puesto, donde las mujeres dedican 224 minutos al trabajo no remunerado.
Los hombres turcos realizan menos trabajo no remunerado: solo 68 minutos
No sorprende que los hombres inviertan menos tiempo en trabajo no remunerado en los tres países con las brechas más amplias. Turquía constituye un caso excepcional, donde los hombres destinan solo 68 minutos diarios al trabajo no remunerado, seguidos de Grecia con 95 minutos y Portugal con 96 minutos.
La mayor parte del trabajo no remunerado corresponde a tareas domésticas rutinarias
En todos los países, tanto para mujeres como para hombres, las tareas domésticas rutinarias representan la mayor parte. En varios países, constituyen más del 70% del tiempo diario no remunerado. Según la OCDE, el cuidado de los miembros del hogar y las compras, sumados a las tareas domésticas, conforman en conjunto cerca del 90% de todo el trabajo no remunerado.
En Portugal, por ejemplo, las mujeres destinan 253 de sus 328 minutos diarios no remunerados a tareas domésticas, lo que equivale al 77%. En Francia, este porcentaje desciende al 70%, y en Dinamarca, al 60%.
Cómo reducir la brecha de género
La OCDE subraya el papel de las “normas y estereotipos” en el fomento de las desigualdades, señalando que estos se aprenden desde una edad temprana. El informe insta a los países y a la Comisión Europea a adoptar medidas más contundentes para reducir la brecha de género en el trabajo no remunerado. Algunas de las recomendaciones clave que se presentan a continuación abordan directamente los factores que perpetúan esta brecha.
- Promover la distribución equitativa de las responsabilidades de cuidado y domésticas entre mujeres y hombres, incluso mediante el cuestionamiento de estereotipos y normas de género (a través de campañas de sensibilización, material educativo, etc.).
- Garantizar a madres y padres derechos individuales a permisos parentales remunerados.
- Ampliar el acceso equitativo al trabajo híbrido y remoto, invirtiendo en infraestructura y capacitación digital.
- Invertir en educación y atención asequibles, accesibles y de alta calidad en la primera infancia, así como en actividades extraescolares.
- Mejorar la calidad del empleo y la formalización en profesiones de cuidado dominadas por mujeres, a la vez que se fomenta la incorporación de los hombres a carreras vinculadas al cuidado.
