Crítica: "Orgullo y prejuicio" en el Octagon Theatre de Bolton

Orgullo y Prejuicio: Una adaptación fresca y divertida

En muchos sentidos, esta obra fue el modelo para las comedias románticas. Cada película o serie con esa etiqueta le debe algo a la escritura de Austen, una verdadera pionera que estuvo años adelantada a su tiempo.

Las heroínas de Austen eran audaces e independientes, negándose a seguir las rígidas normas de la sociedad de la Regencia. Esta adaptación de Kate Hammill resalta el ingenio de su escritura, con un ritmo frenético—a veces quizás demasiado—pero lleno de risas, aunque en ocasiones roza lo absurdo antes de volver a centrarse.

La actuación destacada de Rosa Hesmondhalgh como Elizabeth Bennet es, sin duda, lo mejor del espectáculo. Es la protagonista perfecta para una historia de Austen. Como la mayor de las hermanas Bennet, se niega a seguir las reglas del cortejo y casarse por conveniencia, para desesperación de su madre histérica, interpretada de manera brillante por Joanna Holden.

Elizabeth ni siquiera cree en el amor… hasta que conoce al arrogante (a sus ojos) Sr. Darcy. No es spoiler decir que su opinión cambia al final. Pero Rosa muestra una gama de emociones tan amplia—sus expresiones faciales no tienen precio—, claramente hay talento en sus genes (su tía es Julie Hesmondhalgh, estrella de Coronation Street).

James Sheldon como Darcy tiene el justo factor de atractivo: misterioso y malentendido, pero finalmente conquistado por la testaruda Elizabeth. Ben Fensome divierte como el odioso Sr. Collins, un personaje ridículo que intenta cortejar a cualquiera de las Bennet.

Un detalle que confundió al principio fue ver a Eva Peraira interpretando tanto a la estudiosa Mary Bennet como al tercer pretendiente, el Sr. Wickham. No sé si fue por el presupuesto o una declaración política, pero al inicio resultó chocante.

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La banda sonora, con versiones en cuarteto de canciones de Beyoncé, Travis y otros, fue genial. Y las actuaciones fueron sólidas: Jessica Ellis como Lydia fue irritantemente divertida antes de transformarse en la temible Lady Catherine. Dyfrig Morris como el agobiado Sr. Bennet y luego como Anne De Bourgh fue tan ridículo que rozó lo genial.

Ha habido muchas adaptaciones de Orgullo y Prejuicio—unas fieles, otras cómicas—. Esta versión está en medio. A veces parecía Monty Python o un pantomima para adultos, pero las actuaciones la salvaron.

Los fans de Austen disfrutarán, y los nuevos seguro reirán y descubrirán a una estrella en Rosa Hesmondhalgh.

La obra estará en el Octagon hasta el 28 de junio. Más info en www.octagonbolton.co.uk.