En las vastas y duras tierras salvajes de Montana, Savage Hunt promete un enfrentamiento primario entre el hombre y la bestia. Dirigida por Roel Reiné, este thriller de supervivencia del 2025 sigue a Joe Regan, un rastreador atormentado por su pasado, quien es obligado a regresar a la naturaleza para enfrentarse a un oso grizzly enorme que ha pasado de ser una sombra escurridiza a un asesino implacable. Con los equipos de construcción adentrándose en su territorio, los ataques aumentan, y somos testigos de como se desarrolla el horror.
El primer acto establece el tono, y conocemos a Joe, interpretado por James Oliver Wheatley, cuando acepta a regañadientes liderar la caza. El guión incluye tensiones ambientales y sujieren una vida familiar fracturada de Joe, añadiendo capas que podrían elevar la historia más allá de simples ataques. La actuación de Wheatley es el centro de la película, su mirada firme transmite la de un hombre que ha visto demasiada sangre bajo la luna. Tiene ese carisma de hombre común, recordando a un Liam Neeson joven en su fase más ruda.
La dirección de Roel Reiné destaca en las secuencias de acción, donde utiliza efectos prácticos con un oso grizzly real de un santuario de vida silvestre. No hay CGI de mala calidad aquí; la masa pesada del animal y sus ojos penetrantes provocan un terror auténtico, especialmente en una emboscada a mitad de la película que me hizo retroceder un poco. El trabajo de cámara en mano durante las persecuciones captura la desorientación de la caza, con senderos llenos de lodo y rugidos que generan una angustia claustrofóbica.
Savage Hunt tiene sus aciertos y sus errores; pero los fans de las bestias de cine de serie B podrían perdonar sus defectos por esos rugidos crudos y reales, ganándose su aprobación.
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