Tyler Perry no está escapando de las acusaciones. Durante décadas, el jefe de estudios ha sido criticado duramente por hacer del trauma de las mujeres negras un tema constante en su trabajo. En Straw, su último ejercicio de misoginia para Netflix, lleva todo al límite.
La protagonista, Janiyah (Taraji P. Henson), es un estereotipo exagerado de Perry: agotada, vive en un apartamento ruidoso y pequeño, con una hija enferma y una orden de desalojo. Trabaja tres empleos, pero su puesto como cajera en un supermercado es el peor. Un cliente enfadado le lanza una bebida, y su jefe la obliga a limpiar. Más tarde, un policía encubierto le tira café y la amenaza.
Al final, Janiyah es multada por manejar con licencia vencida, su auto es confiscado, la despiden y hasta le quitan a su hija. Desesperada, regresa al supermercado por su pago, pero termina en un robo a mano armada. Cuando se defiende y mata a un ladrón, su jefe la acusa de cómplice y ella lo mata también. Luego, en el banco, intenta cobrar su cheque y provoca otra crisis.
La pelicula se vuelve un drama social, criticando el racismo en bancos y salud, pero Perry, como siempre, toca temas sin profundizar. Henson brilla en su papel, aunque Perry sigue maltratando a sus personajes femeninos.
Straw es una de sus mejores películas, con buen ritmo (aunque llueve de la nada). Sherri Shepherd y Teyana Taylor actúan bien, pero Henson es la estrella. Eso sí, Perry, millonario y patriarca cristiano, sigue insistiendo en que las mujeres "malas" merecen sufrir. Esto no será el último Straw.
