Entre 2013 y 2023, los alquileres se incrementaron en un 45 por ciento en estos municipios costeros. Crédito: Josemanuel / Creative Commons
El coste de alquilar una vivienda en Denia, Jávea y Calpe se ha disparado a lo largo de la última década, ejerciendo una presión enorme sobre los residentes y, en particular, sobre los jóvenes que intentan independizarse. Las recién publicadas cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), que recopilan los precios de alquiler de 2023 en municipios de más de 20.000 habitantes, dibujan un panorama preocupante: el alquiler ya no es simplemente caro, se está volviendo inaccesible.
En la Costa Blanca, solo tres localidades superan ese umbral poblacional –Denia, Jávea y Calpe– y las tres han experimentado incrementos en el alquiler muy por encima de la media nacional. Entre 2013 y 2023, las rentas subieron un 45 por ciento en estas poblaciones costeras, en comparación con un crecimiento nacional del 33 por ciento. Aún más llamativa es la comparación con el incremento del coste de la vida. Durante el mismo período, el Índice de Precios al Consumo (IPC) aumentó solo un 19,4 por ciento, lo que significa que los precios de los alquileres crecen más del doble de rápido que los gastos básicos.
En la actualidad, la renta media en estos tres municipios se situa en 588 euros mensuales. Dicha cantidad ya supera la mitad del salario mínimo interprofesional, que en 2023 equivalía a 540 euros mensuales distribuidos en 12 pagas. Para los trabajadores locales con sueldos bajos y para los jóvenes que intentan abandonar el hogar familiar, las cifras son sencillamente inviables. Un nivel de vida digno se convierte en un objetivo difícil –cuando no imposible– cuando más de la mitad de los ingresos mensuales se destinan al alquiler.
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Las diferencias entre las localidades son significativas
Jávea destaca como la más cara, con un alquiler medio mensual de 647 euros, casi el doble de lo que los inquilinos pagaban hace una década. Denia y Calpe presentan cifras ligeramente inferiores, 562 y 555 euros respectivamente, aunque ambas han registrado incrementos superiores al 40 por ciento en los últimos diez años. En Calpe, los precios han seguido aumentando incluso durante los últimos doce meses, lo que demuestra que la tendencia alcista no muestra indicios de estabilización.
Sin embargo, ni siquiera estas cifras reflejan plenamente la realidad. Los datos del INE se basan en información fiscal y se dividen en promedios mensuales, lo que implica que los alquileres de temporada no quedan fielmente representados. En muchos casos, los propietarios alquilan sus inmuebles únicamente de septiembre a mayo, para poder destinarlos a lucrativos alquileres vacacionales durante los meses de verano. Con frecuencia, se solicita a los inquilinos que abandonen la vivienda al comienzo de la temporada turística. Además, muchas de las viviendas disponibles son de reducidas dimensiones, resultan inadecuadas para familias o requieren reformas importantes.
