Las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística apuntan a un nuevo incremento de la población balear —1.249.844 a 1 de enero de 2025, un aumento interanual del 1,46%—, pero también a una pérdida de habitantes procedentes de otras regiones del país.
Poco más de la mitad de la población total nació en las islas. Del 48,5% restante, 358.505 personas son de otros países, mientras que 247.398 proceden de otras comunidades autónomas españolas.
En los últimos cuatro años, la población extranjera ha crecido en 65.936 personas. Marruecos y países sudamericanos como Colombia y Ecuador han sido las principales fuentes. En cambio, la población de otras regiones ha descendido en 5.752 personas; los andaluces son un claro ejemplo.
Esta merma se atribuye principalmente al elevado coste de la vida en el archipiélago. Otras zonas de España son más asequibles, especialmente en lo que a vivienda se refiere. Entre quienes retornan a la Península se encuentran personas que han desarrollado toda su vida laboral en las islas. Aunque el coste de vida pueda ser un motivo, también es posible que deseen volver a sus lugares de origen tras la jubilación.
La tendencia demográfica es tal que, para 2029, es probable que la población autóctona balear pase a ser minoritaria. En 2021 representaba el 53,9% del total; ahora se ha reducido al 51,5%. En Ibiza y Formentera esto ya es una realidad, y además muy marcada. La población balear nativa de estas dos islas supone solo el 37,8% y el 36,6% de sus respectivos totales. En Mallorca la población autóctona es del 53,6%, y en Menorca del 55%.