La inteligencia artificial está evolucionando desde el bombo mediático y la especulación hacia una adopción práctica en la tecnología sanitaria. Las oportunidades son infinitas, y los posibles riesgos también son reales, como detallé a principios de este año.
Conforme las organizaciones de salud comienzan a examinar cómo integrar la IA en sus flujos de trabajo, es esencial considerar las mejores prácticas que deben establecerse con sus socios tecnológicos.
Innovación, con la mitigación de riesgos en mente
El panorama tecnológico 2025 de McKinsey afirma que la IA es “el acelerante” de la innovación; tiendo a estar de acuerdo, pero se necesitan límites en torno a la transparencia, el grado de automatización y cómo se regula la IA.
El “Plan de Acción de IA de EE. UU.”, presentado por la Casa Blanca en julio, se centra en la innovación, con menor atención en la mitigación de riesgos que la Ley de Inteligencia Artificial de la Unión Europea.
Los innovadores en tecnología sanitaria deben enfocarse en ambas cosas: innovación y mitigación de riesgos. Porque, en la atención médica, la confianza es la moneda de cambio. Toda herramienta que utilice IA debe construirse pensando en el cumplimiento normativo, la seguridad y la preparación regulatoria.
Los socios pueden comenzar con poco, pero tener un gran impacto
Los socios tecnológicos deben ver sus ofertas de productos como una forma de permitir que las organizaciones de salud alcancen su propia visión de IA. A través de la interoperabilidad y los datos respaldados por medidas de seguridad y conocimiento normativo, la industria puede avanzar hacia operaciones fluidas que informen la atención, la derivación y la adherencia de nuevas maneras.
La IA puede ser una capa adicional dentro de las soluciones actualmente utilizadas. Los socios tecnológicos pueden evaluar cómo la IA puede apoyar y mejorar las operaciones, el flujo de trabajo o la eficiencia de costos, en lugar de renovar o reemplazar soluciones por completo, logrando así un impacto enorme manteniendo la seguridad y el cumplimiento.
Implementación intencional: El enfoque MEG
La adopción de la IA nunca debe ser un fin en sí mismo. Para garantizar que cada iniciativa aporte un valor mensurable, los líderes tecnológicos pueden adoptar un enfoque estructurado como el marco MEG: Mantenimiento, Experiencia y Crecimiento.
- Mantenimiento cubre las tareas obligatorias —las inversiones fundamentales que salvaguardan la fiabilidad, el cumplimiento y la seguridad.
- Experiencia representa las mejoras recomendadas —aquellas que mejoran la usabilidad, la confianza y la diferenciación a largo plazo.
- Crecimiento impulsa las nuevas iniciativas —las innovaciones impulsadas por IA vinculadas directamente a un ROI claro y resultados medibles.
Al secuenciar las inversiones de esta manera, las organizaciones pueden integrar la IA de manera responsable, equilibrando la innovación con la estabilidad y la confianza.
Herramientas para hacerlo realidad
Para reducir la fricción, ahorrar tiempo y crear una experiencia cualitativamente superior, existen herramientas y operaciones clave que los socios tecnológicos deben adoptar para permitir la innovación en IA a escala. Estas incluyen documentación API exhaustiva, una adopción sólida de FHIR y políticas definidas de retención y seguridad de datos.
Con estos componentes fundamentales en su lugar, los socios tecnológicos están en posición de ayudar a los proveedores a dedicar menos tiempo al trabajo administrativo y más a la atención del paciente, y ayudar a los pagadores y la industria farmacéutica a tener una visibilidad más clara del ROI, los resultados de adherencia y la evidencia del mundo real. También ayuda a los proveedores de tecnología sanitaria a escalar de forma más rápida y segura.
La IA puede utilizarse para centrarse en la escalabilidad, el ahorro y las decisiones informadas – con las herramientas y los socios adecuados. Imaginen poder ver la transparencia de precios de las recetas, impulsada por el análisis de IA de cupones disponibles, y entregar información médica personalizada y fácil de entender directamente a los pacientes. La IA también puede reducir significativamente las llamadas sobre autorizaciones previas, la derivación farmacéutica y las preguntas de seguimiento.
Cuando reflexiono sobre la trayectoria que tenemos por delante, me energizan las posibilidades de integrar la IA en la tecnología, aportando valor mensurable y flujos de trabajo fluidos a la atención médica. Si los socios tecnológicos pueden utilizar la IA de forma segura para impulsar decisiones mejores, más rápidas y transparentes a lo largo del continuo de la atención, habremos cumplido con nuestra labor. Y si recordamos empezar siempre por el paciente, resolveremos los problemas correctos.
Foto: Gerasimov174, Getty Images
Julian Herbert inició su carrera en desarrollo de productos tecnológicos como analista de negocio centrado en el comercio electrónico en la industria de los semiconductores. Siguiendo su curiosidad, se convirtió en consultor de gestión en Deloitte y lideró proyectos de desinversión e integración de fusiones y adquisiciones en diversas industrias, incluyendo la farmacéutica y la biotecnología. Luego regresó al desarrollo de productos y al comercio electrónico en Amazon, lanzando soluciones de aprendizaje automático para vendedores externos en la plataforma. A Julian también se le encomendó liderar el desarrollo de productos para AWS Startups, construyendo su primera línea de productos de micro-targeting.
En DoseSpot, Julian lidera la innovación de productos, ayudando a la empresa a crecer y ofrecer tecnología de prescripción electrónica e integraciones de software seguras y fiables en múltiples mercados sanitarios. Julian es originario de Luisiana y se graduó como valedictorian de la Universidad del Sur en Baton Rouge con una Licenciatura en Ciencias de la Computación. También tiene un MBA de The Ross School of Business de la Universidad de Michigan, centrado en estrategia y emprendimiento.
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