En 2016, casi por accidente, la artista estadounidense Taryn Simon terminó creando un video sobre el momento más importante en la historia política reciente de Reino Unido. Mientras buscaba una locación para otro proyecto, visitó el Alexandra Palace en Londres justo cuando había un ensayo para el conteo de votos del Brexit. "Inmediatamente pregunté si podía volver a filmar el conteo real", dice Simon, quien obtuvo permiso, convirtiéndose en la única persona autorizada para grabar ese momento.
Ahora habla conmigo desde París, donde el video se exhibe. Presentado en dos pantallas, al principio parece común: una muestra el gran salón del palacio, con mesas cubiertas de manteles negros y papeles esparcidos. La otra acerca a dos empleados clasificando papeletas en "Leave" y "Remain". La tensión crece, pero no hay clímax.
"Es una imagen básica del acto", dice Simon, quien filmó hasta las 4 de la mañana. "Pensaba en las cosas que desencadenan estas decisiones: cómo el proceso de contar deseos—y el fervor por el cambio—ocurre literalmente mientras dormimos, en la madrugada".
La visión sobria de este evento monumental se vuelve escalofriante con el sonido repetitivo de papeles moviéndose, avanzando hacia el resultado ya conocido. "Al final, solo son papeles", dice Simon, "pero tienen consecuencias enormes".
Simon, de 50 años, es conocida por su fotografía minimalista y proyectos extremos, como retratar un doble del hijo de Saddam Hussein o instalaciones de residuos nucleares. El video del Brexit es parte de The Game, su nueva exposición en París, que explora objetos y eventos cotidianos que influyen en elecciones—incluso una gata llamada Miss Sassy.
"Es solo una gata", dice Simon. "No sabía en qué narrativa estaba, pero se convirtió en símbolo de paranoia y teorías conspirativas". La gata fue hallada viva, pero el daño ya estaba hecho.
Otra foto muestra pestañas postizas de la política Jasmine Crockett, tras una pelea viral en el Congreso. "Podría haber comprado unas cualquiera", dice Simon, "pero nunca falsifico mi trabajo".
The Game marca su regreso a la fotografía tras años enfocada en instalaciones. "La fotografía puede ser ambigua, pero nos hace ver lo que no vemos", explica.
La exposición también rinde homenaje a su padre, inventor de máquinas arcade. Simon recreó un kleroterion, dispositivo ateniense para seleccionar ciudadanos al azar. "Solo existen fragmentos", dice. "Nadie sabe exactamente cómo funcionaba".
La obra es interactiva y refleja el humor en su trabajo—algo que antes pasaba desapercibido. "Es divertido ver a la gente jugar en una galería seria", comenta.
Su padre, ahora con Alzheimer, fue inspiración. "Es triste que ya no esté del todo presente, pero le encanta a su manera".
Taryn Simon: The Game estará en Almine Rech, París, hasta el 26 de julio.
