El mundo del boxeo vuelve a tambalearse tras revelarse en la investigación sobre la trágica muerte de Ricky Hatton que fue hallado ahorcado en su vivienda de 1.7 millones de libras en Hyde, Gran Mánchester, el 14 de septiembre de 2025.
La jueza forense principal, Alison Mutch, dio inicio a las diligencias en el Tribunal de Stockport el jueves 16 de octubre, determinando la causa provisional del deceso como ahorcamiento tras revisar los exámenes post mórtem. No se constataron circustancias sospechosas, y se ha convocado una vista completa para el 20 de marzo de 2026, a fin de profundizar en la vida del excampeón mundial de 46 años, afectuosamente apodado “The Hitman”.
Una leyenda del boxeo hallada ahorcada tras su lucha contra los problemas de salud mental
Hatton, quien ascendió desde las urbanizaciones de protección oficial de Mánchester para conquistar los pesos superligero y wélter con 45 victorias profesionales, incluyendo triunfos icónicos ante Kostya Tszyu y Carlos Maussa, fue hallado sin respuesta por su mánager de toda la vida, Paul Speak. Speak, quien había acudido para llevarlo al aeropuerto de Mánchester con destino a Dubái antes de un combate de exhibición programado, relató el momento estremecedor al Daily Mail: “No estaban las luces encendidas… Pensé que se había quedado dormido… Entré gritando: ‘¡Rick, Rick, despierta!’” Los servicios de emergencia lo declararon muerto en el lugar, apenas días después de que se lo viera optimista y feliz en un pódcast, reflexionando que “cada día es una lucha”.
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La devastadora revelación confirmó lo que muchos ya sospechaban, sabedores de que Hatton había estado lidiando con su salud mental desde hacía tiempo. Esto se enmarca en un sombrío contexto europeo donde las tasas de suicidio masculino se mantienen alarmantemente elevadas.
Los hombres, más proclives al suicidio – y aún más los deportistas de contacto
De acuerdo con la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS, por sus siglas en inglés), la tasa de suicidio para hombres en Inglaterra y Gales se mantuvo en 17.6 muertes por cada 100,000 personas en 2024, ligeramente superior a las 17.4 de 2023, una cifra que evidencia la magnitud de esta crisis persistente entre varones. En la Unión Europea, los datos de Eurostat muestran un promedio de 10.2 suicidios por cada 100,000 habitantes en 2021, siendo los hombres el 77.1 por ciento de los 47,346 casos, lo que equivale aproximadamente al triple de la tasa femenina. Las estadísticas, extraídas de registros oficiales, reflejan un descenso del 13% en el total de suicidios en la UE durante la última década, pero ponen de manifiesto persistentes disparidades de género, particularmente en profesiones de alta exigencia psicológica como los deportes de combate. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se registran más de 700,000 suicidios anuales a nivel global, afectando de manera desproporcionada a los hombres debido a factores como la depresión no tratada y el estigma social.
La muerte de Hatton ha intensificado los llamamientos a una mejor atención en salud mental, especialmente en el ámbito deportivo, donde los luchadores retirados enfrentan vulnerabilidades singulares. El púgil, famoso por llevar a 20,000 aficionados mancunianos a Las Vegas durante la recesión de 2009 para su enfrentamiento con Manny Pacquiao, había sido sincero sobre sus demonios. En una entrevista con la BBC en 2022, reconoció: “Estaba suicida. Intenté matarme varias veces… Lo contemplé en múltiples ocasiones”. Tras su retirada en 2012, Hatton luchó contra la adicción a la cocaína y el alcohol, múltiples estancias en rehabilitación y rupturas familiares que posteriormente sanó. Un documental de Sky en 2023 lo retrató como un “tren desbocado” descarrilado por el vacío tras sus derrotas ante Floyd Mayweather y Pacquiao. No obstante, persisten los rumores sobre una encefalopatía traumática crónica (CTE). Su carrera de 55 combates, con 32 knockouts, probablemente lo expuso a más de 1,200 impactos craneales. Si bien aún no se ha publicado una confirmación forense, un estudio de 2020 del British Journal of Sports Medicine (señalado como anterior) halló que uno de cada cinco atletas retirados padece depresión severa, un problema que, en los deportes de contacto, se ve exacerbado por el trauma cerebral.
Una avalancha de tributos a Ricky Hatton
Tras su fallecimiento, el círculo íntimo de Hatton volcó su crudo dolor en las redes sociales, con homenajes y súplicas de concienciación. Su familia emitió un conmovedor comunicado a través de BOXING UK en X, que rezaba: “Es tan triste leer esto, y nuestros pensamientos continúan junto a todos los afectados por la partida de Ricky”, capturando el insondable vacío que dejó. Su hijo Campbell, de 24 años y también boxeador en ascenso, expresó la conmoción en el elogio fúnebre, mientras que su hija Millie, de 13, preguntó desgarradoramente: “¿Por qué no pediste ayuda?”, según compartió Blanche Horst en una publicación vinculada a The Telegraph.
Los amigos se congregaron con una honestidad visceral. El mánager Paul Speak, en declaraciones a IFL TV, insistió en que Hatton “estaba en un buen momento”, revelando la disonancia de sus últimos días: “Descansa en paz, Rick”. El promotor Eddie Hearn publicó una foto familiar con condolencias: “Todos querían a Ricky. Que descanse en paz eterna. Nuestro más sentido pésame a Campbell, Matthew y toda la familia Hatton”. El locutor Dan Walker, quien entrevistó a Hatton tras un combate, reflexionó sobre su resiliencia: “Cada día es una pelea, y sé que debo esforzarme para asegurarme de que, incluso si me derriban, termine el día con la mano alzada”. El futbolista Frank Sinclair añadió: “Mi corazón está con la familia Hatton… Excelente luchador, mejor persona, un campeón del pueblo – nos hiciste sentir orgullosos. DEP Ricky”.
El funeral de Hatton, celebrado el 10 de octubre en la Catedral de Mánchester, congregó a miles de personas. Campbell y su hermano Matthew ejercieron como portadores del féretro, y entre los asistentes se encontraban Tyson Fury, Amir Khan, Wayne Rooney y el vocalista de Oasis, Liam Gallagher. Fury lo calificó como “un guerrero que se fue demasiado pronto”, mientras que Rooney lo consideró “único… una gran persona”. Las calles, plagadas de homenajes en azul, honraron al hombre que encarnó la tenacidad de la clase trabajadora.
Como respuesta, la recién creada Ricky Hatton Foundation se compromete a “concienciar… brindar apoyo y eliminar el estigma en torno a los problemas de salud mental”, financiando asesoramiento para atletas en Mánchester.
El legado de Hatton perdura no solo en sus cinturones de campeón, sino en su lucha sin filtros por el bienestar mental. Su historia, entrelazada con las sobrias estadísticas de suicidio en Europa, exige acción: desestigmatizar la búsqueda de ayuda, financiar la investigación en salud cerebral y recordar la sabiduría del Hitman en el cuadrilátero: cada día es una batalla que merece la pena ganar.
