Confianza o pánico antes del Mundial en la recta final para Estados Unidos

Un equipo demasiado remoto para los Estados Unidos de Mauricio Pochettino, ya que la derrota frente a México en la final de la Copa Oro acabó con sus ilusiones de alzar el trofeo en su propio suelo.

El inicio de Pochettino como técnico al mando no ha convencido, pero una prometedora trayectoria en la Copa Oro de este verano había sembrado cierta esperanza.

Un triunfo ante México en la final del domingo no solo habría significado un título, sino que además habría marcado el inicio de inculcar una confianza urgente. Pero no fue así: México remontó para vencer 2-1.

Sin embargo, la derrota dejará a los aficionados cuestionando si el proyecto avanza en la dirección correcta de cara al Mundial en casa el próximo verano.

Pochettino, furioso tras el rechazo del árbitro guatemalteco Mario Escobar a un reclamo de penal por mano, argumentó que la mayoría del público en el NRG Stadium —abrumadoramente mexicano— jugó en su contra.

Declaró: *“México es un gran equipo, con jugadores de nivel y buen cuerpo técnico, pero recalco lo decisivo que es el apoyo de la hinchada.*

*Cuando la tienes, recargas la energía del equipo; cuando no, la drenas y todo se complica.*

*Con más respaldo hoy, quizá sería distinto. Pero así es esto. Si ese lance ocurre al revés, sin duda cobran penal.”*

*“Esta Copa Oro sirvió para consolidar principios en 40 días de trabajo, algo valioso. Ver su reacción tras caer me satisface: así debe vivirse este deporte.”*

Los resultados irregulares en sus primeros 16 partidos evidencian inconsistencias preocupantes, incluidas cinco derrotas ante rivales del top 30 FIFA.

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A estas alturas, EE.UU. debería tener claros sus cimientos para 2026, pero persiste una sensación de fragilidad en lo construido desde que Pochettino llegó en septiembre de 2024.

Las dudas resurgieron tras caídas ante Panamá, Canadá en la Nations League, y Turquía/Suiza en preparatorios. Falta regularidad tanto en alineaciones como en rendimiento. El equipo parece inestable, con convocatorias cambiantes —ajenas al control del entrenador— y 55 jugadores utilizados en 10 meses, dificultando cohesión.