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Fernando P siendo escoltado hacia el tribunal regional en Aquisgrán, al oeste de Alemania.
Un tribunal de la ciudad alemana de Aquisgrán ha condenado a un hombre a ocho años y medio de cárcel por drogar y violar repetidamente a su esposa, grabar los actos y luego publicarlos en internet.
El hombre, identificado solo como Fernando P según las leyes de privacidad alemanas, fue declarado culpable de violación agravada, lesiones corporales graves y violación de la privacidad personal.
El tribunal consideró que este español de 61 años es culpable de sedar y violar a su esposa en su hogar durante un período de varios años, desde 2018 hasta 2024.
Una portavoz del tribunal, Katharina Effert, declaró que el hombre también grabó los abusos y los compartió en línea. "Subió videos de estos actos a grupos de chat y plataformas de internet, poniéndolos a disposición de otros usuarios", dijo.
Gran parte del juicio se realizó a puerta cerrada para proteger la identidad de la esposa.
Su abogada, Nicole Servaty, dijo a periodistas que su clienta "realmente tuvo voz en este proceso", y añadió: "Pudo testificar, expresar sus sentimientos y todo lo que la ha agobiado". Dijo que la sentencia no puede compensar lo sucedido, "pero quizás ayude un poco a sobrellevar las cosas y procesarlas".
El veredicto aún está sujeto a apelación.
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Fernando P fue visto con su sudadera ocultando su rostro mientras esperaba el veredicto en el tribunal.
Medios alemanes señalan que el caso tiene similitudes con el muy conocido caso del año pasado en Francia, relacionado con Dominique Pelicot. Él fue declarado culpable de drogar en secreto a su esposa, Gisèle, e invitar a decenas de hombres a violarla mientras ella estaba inconsciente durante años.
La decisión de Gisèle de renunciar a su anonimato y celebrar un juicio público la convirtió en un icono feminista, alabada por su poderoso testimonio y coraje.
La Oficina Federal de Policía Criminal de Alemania, la BKA, afirma que las víctimas de sedación y posterior abuso sexual son "casi exclusivamente mujeres". Indica que tales crímenes "suelen ocurrir explotando una relación de confianza" en el matrimonio, parejas, familias o entre conocidos cercanos.