En toda España, está emergiendo un nuevo movimiento de energía limpia a medida que los vecinos se unen para producir su propia energía solar.
En lugar de depender únicamente de las grandes compañías eléctricas, cada vez más municipios constituyen cooperativas locales que generan energía renovable asequible en tejados compartidos.
Estos proyectos están ganando especial popularidad en regiones con muchas horas de sol, como Andalucía, la Comunidad Valenciana y Cataluña. Para muchos residentes, incluída la numerosa comunidad de expatriados de la Costa del Sol, la idea de una electricidad más barata, ecológica y fiable resulta sumamente atractiva.
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Un pueblo catalán demuestra lo que es posible
Uno de los ejemplos más comentados en España proviene del pequeño municipio de Taradell, al norte de Barcelona. Un grupo de residentes concienciados con el medio ambiente creó una cooperativa llamada Taradell Sostenible tras percatarse de que muchas familias lidaban con facturas crecientes.
La cooperativa ha instalado paneles solares en edificios públicos como el polideportivo y la sala cultural. La electricidad generada se comparte entre más de un centenar de viviendas locales. Cualquier persona de la zona puede hacerse socia, y aquellas con ingresos más bajos pueden unirse pagando una cuota reducida, lo que permite que familias que de otro modo quedarían excluidas se beneficien de la energía verde.
El proyecto ha crecido con el respaldo de la agencia nacional de energía de España y de programas de financiación europeos concebidos para impulsar la energía solar comunitaria.
Por qué se propagan estas cooperativas
La energía comunitaria se ha expandido con rapidez desde que el gobierno español eliminó en 2018 el denominado impuesto al sol, una política que anteriormente disuadía a hogares y pequeños productores de instalar paneles.
Desde entonces, la normativa para compartir energía solar se ha vuelto más flexible. Ahora es posible compartirla en un radio de dos kilómetros, en comparación con el antiguo límite de quinientos metros. Esto ha facilitado enormemente que los residentes conecten sus viviendas a instalaciones compartidas en colegios, polideportivos o bloques de apartamentos.
Las subvenciones públicas también están ayudando a los municipios a establecer sus propias cooperativas. Cientos de proyectos en toda España ya han recibido apoyo financiero. Los ayuntamientos muestran un interés creciente, ya que la energía solar compartida puede reducir las facturas municipales y ayudar a recudir las emisiones.
Creciente interés en las costas
A lo largo de la Costa del Sol y la Costa Blanca, el interés por la energía cooperativa va en aumento. Muchos expatriados viven en urbanizaciones con tejados comunitarios adecuados, y la energía comunitaria supone una forma de reducir las facturas a la vez que se hace la propiedad más sostenible.
En la provincia de Alicante, una cooperativa ha instalado una agrupación de paneles solares que abastece a decenas de hogares. En Cataluña, una comunidad energética industrial permite a los negocios locales compartir la producción solar. En Galicia, comunidades insulares preparan proyectos que combinarán la energía solar con el almacenamiento y la carga para vehículos eléctricos.
Estos modelos demuestran que la energía compartida puede funcionar tanto en áreas rurales como urbanas.
Una opción práctica para los residentes
Para mucha gente, el atractivo de la energía comunitaria es simple: puede abaratar las facturas mensuales, proporcionar una electricidad más limpia y otorgar a los residentes un mayor control sobre el origen de su energía. Además, fortalece los lazos comunitarios, algo valorado por muchos residentes extranjeros que aprecian un sentimiento de pertenencia.
El *boom* de la energía comunitaria en España todavía se está desarrollando, pero la tendencia es clara. Cada vez más pueblos exploran proyectos solares cooperativos, y más residentes están ansiosos por participar. Con el interés en alza en todo el país, todo apunta a que la energía renovable compartida desempeñará un papel cada vez más crucial en el futuro energético de España.
En un día en el que los precios de la electricidad subían, como se informaba en nuestro artículo sobre el aumento de costes y la inflación en los hogares, no parece haber momento más propicio para que las comunidades tomen las riendas de su propio futuro energético.
