“Es un día que creo que todos en la comunidad judía temíamos. Era el día del que, supongo, habíamos advertido a las autoridades en muchas ocasiones sobre la posibilidad y el riesgo. Y se siente como si no nos hubieran escuchado, casi invisibles.” “Esto fue una masacre, un pogromo aquí en nuestra ciudad, en uno de nuestros lugares más queridos, Bondi Beach. Vidas destrozadas irreversiblemente en un solo momento. Niños pequeños que, a partir de ahora, nunca tendrán un padre. Padres que han perdido a su amada hija de 10 años. A esto hemos llegado. Esto no es algo que nunca deberíamos haber visto en Australia.” “Creo que todos sabían que esto iba a pasar tarde o temprano con la trayectoria que llevábamos como sociedad, pero que ocurriera aquí, en nuestro evento de Hanukkah en Bondi Beach, que cada año es el evento familiar más hermoso con niños corriendo alrededor y… es una celebración.” “Eli era un hombre realmente maravilloso, cálido, cariñoso, vivaz, energético y extrovertido, que amaba a la gente, amaba hacer el bien y cuidar de los demás. La reacción inmediata, como con tantas otras personas, es señalar con el dedo a quien sea con ansiedad. ¿Por qué los medios no alzan las preocupaciones de la comunidad judía? ¿Por qué los gobiernos no entienden cómo nos sentimos y las amenazas que enfrentamos? Nos sentimos solos. Y luego mi cerebro dice: no, para. Soy un rabino. No soy un político. Mi trabajo es esparcir bondad. Sé que esto es lo que Eli diría.”
