Poco después de medianoche del jueves, Abdullah Ahmed dejó a su esposa e hijos durmiendo en su casa pequeña y llena de gente en el campamento de al-Bureij, en el centro de Gaza, y se dirigió al norte.
El vendedor de verduras de 31 años habia escuchado que el centro de distribución de ayuda cercano, recientemente abierto por la Gaza Humanitarian Foundation (GHF)—una organización privada apoyada por Israel y EE.UU. que empezó operar en el territorio el mes pasado—repartiría comida a las 2 a.m. Para llegar temprano y tener más chance de conseguir una caja con harina, aceite, frijoles y otros básicos, Ahmed y unos amigos salieron por las calles llenas de escombros.
Solo llegar cerca del centro, uno de los cuatro manejados por la GHF, era peligroso.
“Todo el tiempo escuchábamos el sonido de proyectiles y balas perdidas pasando cerca. Nos escondíamos tras las ruinas de casas. Quien no se cubre, se expone a la muerte”, dijo.
Toda la semana pasada, cada noche y muchas mañanas, hubo escenas similares en Gaza, donde miles de personas hambrientas y desesperadas se reunían en los centros de la GHF o esperaban donde se esperaban camiones de ayuda con harina de la ONU.
Cada día, en algún lugar del territorio devastado, estos grupos terminaban de forma letal cuando las fuerzas israelíes abrían fuego.
Según autoridades médicas en Gaza, unos 450 han muerto y miles han resultado heridos en los últimos 12 días. El ejército israelí admite que algunos han sido heridos por sus disparos, pero niega muertes, diciendo que solo disparan a “sospechosos” que amenazan a sus tropas y siempre después de disparos de advertencia.
Diez testigos entrevistados coincidieron en relatar incidentes con muchos heridos y muertos cerca de los centros de ayuda.
Cuando Ahmed se acercó al centro al norte de al-Bureij, escuchó “disparos fuertes pero intermitentes de tanques, artillería y drones”.
“Al acercarnos, los disparos continuaron y un proyectíl cayó a pocos metros. La metralla me golpeó en el pecho, cuello y pierna”, contó Ahmed.
“Caí al suelo… Intenté detener la sangre con trozos de mi ropa. Mis amigos me llevaron hasta un auto que nos llevó al hospital Al-Aqsa Martyrs.”
Entre el 27 de mayo y el 19 de junio, el hospital de la Cruz Roja en Rafah recibió 1,874 heridos por armas y registró 18 incidentes masivos. La mayoría dijo haber sido herido cerca de centros de la GHF.
Médicos Sin Fronteras trató a 285 heridos el 11 y 12 de junio, muchos buscando ayuda en centros de la GHF. 14 llegaron muertos o murieron poco después.
La comida es extremadamente escasa en Gaza desde el bloqueo israelí en marzo y abril. Un kilo de azul cuesta 60 veces más que antes de la guerra. La harina llega a $500 por 25kg. No hay carne fresca y pocos vegetales.
La ONU intenta llevar ayuda pero enfrenta obstáculos: calles bloqueadas, restricciones militares, bombardeos y caos.
Muchas muertes ocurren cuando corren rumores de llegada de camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Ningún envío ha llegado a destino, siendo detenidos por pandillas o palestinos desesperados.
El PMA solo ha enviado 9,000 toneladas de comida en cuatro semanas—”una fracción mínima para 2.1 millones de hambrientos”.
Incluso quienes reciben ayuda corren riesgo. Al acabarse los suministros, algunos roban a otros. Testigos vieron adultos golpear y robar comida a niños en Rafah.
Israel espera que la GHF reemplace el sistema de ayuda de la ONU, acusada de permitir que Hamas robe suministros.
La ONU y ONGs rechazan el nuevo sistema, llamándolo poco práctico e inmoral. Niegan el robo generalizado por Hamas.
Trabajadores humanitarios dicen que parte de la ayuda de la GHF llega a Hamas, que sigue siendo un actor importante en Gaza.
Testigos palestinos dicen que Israel dispara para evitar que la gente pase ciertos puntos o salga de rutas designadas.
La GHF niega tiroteos cerca de sus centros, diciendo que incidentes ocurren antes de abrir, con gente moviéndose “en horas prohibidas”. Prometen mejorar seguridad, cambiando horarios a luz del día.
La guerra empezó con el ataque de Hamas a Israel el 7 de octubre de 2023, donde murieron 1,200 personas y 251 fueron secuestradas. En Gaza, han muerto 55,600, según el ministerio de salud.