Laura Gozzi y BBC Verify
BBC News
Servicio de Prensa Presidencial de Ucrania/EPA-EFE/Shutterstock
El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky habla con el jefe del Servicio de Seguridad (SBU), Vasyl Maliuk, después de la operación contra bases aéreas rusas.
Fue un ataque de una ingeniosidad asombrosa: sin precedentes, amplio y con 18 meses de preparación.
El 1 de junio, más de 100 drones ucranianos atacaron bases aéreas en el interior de Rusia, apuntando a bombarderos de largo alcance capaces de portar armas nucleares.
La escala de la operación, llamada "Telaraña", quedó clara casi desde el principio, con explosiones reportadas en varias zonas horarias de Rusia, desde Múrmansk, al norte del Círculo Polar Ártico, hasta la región de Amur, a más de 8.000 km de Ucrania.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó los ataques en cinco regiones (Múrmansk, Irkutsk, Ivánovo, Ryazan y Amur), pero dijo que solo hubo daños en aviones en Múrmansk e Irkutsk, mientras que en otros lugares los ataques fueron repelidos.
En fotos publicadas después del ataque, se ve a Vasyl Maliuk, jefe del SBU, mirando un mapa satelital con las bases atacadas claramente identificables.
La operación
Maliuk explicó que los drones fueron introducidos en Rusia ocultos en cabinas de madera montadas en camiones, con techos desmontables operados a distancia.
Los camiones fueron conducidos cerca de las bases aéreas por conductores que, al parecer, no sabían qué transportaban. Luego, los drones despegaron hacia sus objetivos.
Videos en redes muestran drones saliendo del techo de un camión. Un conductor entrevistado por Ria Novosti dijo que él y otros intentaron derribar los drones con piedras.
Según informes no verificados del canal Baza, los conductores dijeron que empresarios les contrataron para entregar cabinas de madera en varias ubicaciones. Algunos recibieron instrucciones por teléfono de dónde estacionar, y quedaron sorprendidos al ver drones salir de los camiones.
Zelensky, quien supervisó la operación, anunció en redes que se usaron 117 drones en el ataque, preparado en "un año, seis meses y nueve días". También reveló que uno de los blancos estaba junto a una oficina del FSB.
Rusia afirma haber detenido a personas vinculadas al ataque, pero Zelensky dijo que los colaboradores ya están a salvo fuera del país.
Los drones
Imágenes del SBU muestran decenas de pequeños drones negros guardados en cabinas de madera en un almacén, ubicado supuestamente en Cheliábinsk.
El experto en drones Steve Wright dijo a la BBC que eran cuadricópteros simples pero con cargas pesadas. Lo "extraordinario" fue introducirlos en Rusia y controlarlos a distancia, posiblemente mediante satélite o internet. Zelensky confirmó que cada dron tenía su propio piloto.
Kiev no ha revelado el origen de los drones, pero Ucrania ha mejorado mucho su producción desde el inicio de la guerra.
Los objetivos
Zelensky afirmó que Rusia sufrió "pérdidas muy tangibles". Según Ucrania, 41 bombarderos estratégicos fueron alcanzados y al menos 13 destruidos.
Videos verificados muestran aviones dañados en las bases de Olenegorsk (Múrmansk) y Belaya (Irkutsk). Entre los aviones atacados están los bombarderos Tu-95, Tu-22 y Tu-160, difíciles de reparar y imposibles de remplazar.
Imágenes satelitales confirman al menos cuatro bombarderos destruidos en Belaya, coincidiendo con videos ucranianos del ataque a un Tu-95.
El jefe del SBU, Maliuk, justificó los blancos como bases militares y aviones que bombardean ciudades ucranianas.
Los Tu-95 usados recientemente contra Ucrania pueden llevar misiles con ojivas de 400 kg. También se atacaron aviones espía A-50, claves para las operaciones rusas.
El SBU calcula que la operación costó a Rusia $7 mil millones.
La televisión estatal rusa evitó mencionar los ataques, y para el lunes ya no aparecían en los noticieros.
En Ucrania, muchos celebraron la operación, calificándola de "titánica".
"Claro, no todo puede revelarse aún", escribió Zelensky en Telegram, "pero estas acciones quedarán en los libros de historia".
Información adicional de Kumar Malhotra, Tom Spencer, Richard Irvine-Brown, Paul Brown y Benedict Garman.
