Cómo Siria enterró a las víctimas del régimen de Assad en fosas comunes

El cementerio de Najha está a unos cinco millas al sur de Damasco, la capital. Fue creado hace décadas como un lugar modesto para enterrar a personas de Damasco y pueblos cercanos.

Poco después de la represión de la revolución siria en marzo del 2011, el gobierno de Bashar al-Assad empezó a usar el cementerio para enterrar a personas que mataron, muchas despues de ser torturadas en prisiones. Entre las víctimas había manifestantes, periodistas, activistas, leales que cayeron en desgracia y miembros de grupos rebeldes.

Imagen satelital de noviembre 2011 por Maxar Technologies

The New York Times

Aunque ya se sabía de fosas comunes en Najha, nuestra investigación revela por primera vez cómo el régimen convirtió el lugar en uno de los sitios de entierros masivos más grandes del país.

Las fuerzas de inteligencia de al-Assad primero usaron tumbas vacías destinadas a civiles, luego empezaron a tirar cuerpos en fosas mal excavadas. En años más recientes, llenaron zanjas largas con cuerpos, sección por sección.

The Times visitó el cementerio en febrero, dos meses después de que los rebeldes derrocaran al gobierno de al-Assad.

Periodistas analizaron imágenes satelitales del 2011 al 2024, revisaron fotos y videos, y entrevistaron a más de 20 personas, incluidos vecinos y trabajadores obligados a participar en los entierros. Sus testimonios coinciden con lo reportado por grupos de derechos humanos.

Ahora hay un esfuerzo para identificar docenas de fosas comunes en el país. Najha fue identificado antes de la caída del gobierno. Al menos 60 lugares han sido reportados a los Cascos Blancos, quienes lideran las excavaciones.

El gobierno de Assad negó las muertes en detención, pero está documentado. No se sabrá el número exacto de cuerpos hasta las excavaciones. Según la Red Siria de Derechos Humanos, más de 160,000 personas siguen desaparecidas.

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Familiares de prisioneros desaparecidos miran posters con información de sus parientes.

Nicole Tung for The New York Times

“Las fosas que hemos visto son más grandes que cualquiera que hayamos encontrado”, dijo Kathryne Bomberger de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas.

Los cuerpos primero se apilaron en tumbas existentes

2011 – 12

Según ex trabajadores, el gobierno empezó a enterrar cuerpos en Najha a mediados del 2011, usando tumbas destinadas a civiles. Pero metían varios cuerpos en una sola tumba para mantenerlo en secreto.

Muhammad Afif Naifeh, un empleado de la funeraria, dijo que en el 2011 vio cómo abrían una tumba sin nombre y tiraban seis o siete cuerpos. Repitieron esto varias veces, aumentando el número cada vez.

“Había tantos cuerpos descompuestos que se caían del camión”, dijo Naifeh. Los que no estaban descompuestos mostraban señales de tortura.

Imágenes satelitales confirman actividad de fosas comunes en el área que describió Naifeh: excavaciones, vehículos grandes y tierra removida.

Los cuerpos llegaban de prisiones como Sednaya y hospitales militares, según reportes de derechos humanos.

Un ex conductor del gobierno dijo que transportó cuerpos al cementerio: “Pensé en irme, pero mi familia estaría en peligro. Los conductores teníamos que obedecer”.

Con más muertes, tiraron cuerpos en fosas profundas

2012

En el 2012, las muertes aumentaron y el gobierno cavó fosas de casi 3 metros de profundidad. Usaban camiones refrigerados para transportar los cuerpos.

Los entierros ocurrían de madrugada o de noche. Los militares confiscaban celulares y amenazaban a los trabajadores.

“Aplástalos o te meto con ellos”, le dijo un oficial a un conductor cuando los cuerpos se desbordaban de una fosa.

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Ayman Khalil, un guardia, vio señales de excavaciones recientes pero no podía acercarse. “Teníamos miedo de estar ahí”.

Khalil camina por la zona de fosas comunes en Najha.

Lynsey Addario for The New York Times

Los vecinos sabían de los entierros pero guardaron silencio por miedo. Falah al-Za’al, que veía las fosas desde su casa, perdió a familiares y cree que algunos están enterrados ahí.

Al-Za’al en su ventana, con vista al cementerio.

Diego Ibarra Sanchez for The New York Times

Nunca habló de lo que vio: “El miedo es como estar cerca de la muerte”.

En años recientes, usaron zanjas largas

2018 – 24

La actividad en Najha disminuyó en el 2013 por avances rebeldes. El gobierno se movió a otro sitio en Qutayfa, donde cavaron zanjas largas.

En el 2014, el gobierno recuperó el control de Najha. Para el 2018, aparecieron zanjas similares a las de Qutayfa en imágenes satelitales.

Las zanjas se preparaban con meses de anticipación para no tener que volver a excavar. Un guardia, Abu Jihad, vio camiones llegar entre el 2018 y 2020. En el 2020, vio restos humanos en una zanja recién usada.

Younes Adnan, un agricultor, vio excavadoras desde el 2011 hasta el 2024: “Cuando llegaba una excavadora, sabíamos que pasaba algo raro”.

Un muro separa la comunidad local de las fosas.

Diego Ibarra Sanchez for The New York Times