El Olivo Press ha revelado los impactantes casos de dos extranjeros, un sueco y una estadounidense, a quienes les robaron sus propiedades en la Costa del Sol mediante poderes notariales falsificados en Sudamérica.
Estos casos paralelos exponen una red de fraude internacional, cada vez más alarmante, que apunta a propietarios extranjeros en España usando documentos legales falsos, creados a miles de kilómetros e inexplicablemente aceptados por notarios y registradores aquí.
Elizabeth, ciudadana estadounidense y residente en España desde hace años, compró su villa de 5 habitaciones (2.5 millones de euros) en 2012. Su sueño era crear un retiro de yoga en la costa. Pero en agosto de 2023, mientras asistía a un retiro en Indonesia, ese sueño se convirtió en pesadilla.
«Me desperté a las 5 de la mañana con el teléfono sonando sin parar», recuerda. Su amiga que cuidaba la casa había sufrido un violento allanamiento. Un grupo de hombres entró rompiendo puertas y desactivando alarmas. Alegaron tener un contrato de alquiler válido y actuar bajo órdenes del nuevo "dueño".
«No vendí la casa. Ni siquiera lo había pensado», explicó Elizabeth a El Olivo Press este mes. «Estaba a miles de kilómetros».
Cuando llegó la policía, los intrusos mostraron documentos y un DNI… pero no de Elizabeth, sino de una mujer mexicana llamada Rosa Elvia. Afortunadamente, los agentes sospecharon y los echaron. Dos hombres fueron arrestados días después por intentar entrar nuevamente.
Pero esto no ha calmado los nervios de Elizabeth, quien sigue lidiando con un problema que le impide vender o mudarse.
Según su abogada, Carmen Herrera (Fuengirola), el fraude se remonta a 2018, cuando se falsificó un poder en México usando un pasaporte falso que identificaba a Elizabeth como colombiana residente en Ciudad de México.
Con ese poder fraudulento, se redactó un contrato de compraventa falsificado y se apostilló, dándole apariencia de legalidad internacional. Los documentos permanecieron ocultos hasta julio de 2023, cuando se usaron para registrar la supuesta venta en el registro de Marbella.
«El día que supuestamente vendí mi casa, yo volaba a Londres», dijo Elizabeth. «Nunca vi un céntimo».
Lo más escandaloso, según ella, es que nadie en el sistema legal español verificó su identidad. «Pueden buscarme en Google. Soy estadounidense, vivo en España, nunca he estado en Colombia. ¿Cómo aceptaron esto sin comprobarlo?».
Según la ley española, un notario debe autenticar cualquier poder usado en transacciones inmobiliarias. Si viene del extranjero, requiere una Apostilla de La Haya. Pero algo falló.
Mark Stucklin, columnista de El Olivo Press, lo resume: «Aquí hubo un notario corrupto o negligente que no hizo su trabajo. No hay excusa para aceptar esos documentos sin verificarlos».
Herrera coincide: «Alguien falló: el notario, el registrador… Ese error permitió un delito».
Elizabeth contactó al notario mexicano que aparecía en la venta, pero alegaron desconocer todo. Incluso visitó la dirección del comprador en Ciudad de México: «Era un barrio de casas de lámina. ¿Cómo alguien de ahí podría comprar una villa en Marbella?».
Tras registrar la venta fraudulenta, los criminales actuaron rápido. Un mes después, intentaron tomar posesión de la casa.
«Enviaron a jóvenes sin residencia legal para allanar, intimidar y acosar», dijo Herrera. Dos intrusos ya están en prisión.
Aunque los tribunales han paralizado la venta del inmueble, Elizabeth sigue en riesgo: «Tengo miedo. No puedo pagar facturas ni reparar daños. La casa se está arruinando».
Su caso es casi idéntico al de Sara, una consultora sueca cuyo apartamento en Mijas fue robado con un poder colombiano falso. Los estafadores incluso contactaron a la comunidad de vecinos para reclamar la propiedad.
Diego Echavarría, abogado en Marbella, advierte que estos fraudes son cada vez más comunes, especialmente con la IA facilitando falsificaciones.
La UE está implementando un sistema con códigos QR para verificar documentos, pero aún no está operativo en todos los países. Mientras, casos como estos demuestran que los controles actuales son insuficientes.
«Necesitamos saber quién permitió esto», exige Elizabeth. «¿El notario en México? ¿El registrador en Marbella? ¿Quién no verificó ni lo más básico?».
Mientras las investigaciones avanzan, Elizabeth y Sara siguen en un limbo legal, víctimas de un sistema vulnerable. Y una cosa es clara: si no se reforma el sistema de transacciones inmobiliarias, la reputación de España como destino seguro para comprar casas podría derrumbarse.