Más del 70% de las madres lactantes en los EE. UU. toman al menos un medicamento con receta. Investigadores de la Universidad de California, San Diego y el Instituto Karolinska en Suecia descubrieron que ciertos antidepresivos y medicamentos antiinflamatorios a largo plazo redujeron los niveles de proteínas en la leche materna hasta en un 21%, al tiempo que también disminuyeron la grasa en hasta un 22%.
Este es un descenso alarmante cuando te das cuenta de que la proteína y la grasa son clave para el crecimiento rápido y el desarrollo cerebral de un bebé. Las madres merecen saber que estos medicamentos comúnmente utilizados reducen los nutrientes que sus bebés necesitan para prosperar. Esto no es una posibilidad remota, estos hallazgos surgieron en una gran colección de biorepositorio de cientos de mujeres.
La proteína es un bloque de construcción para prácticamente todas las partes del cuerpo de un bebé, mientras que las grasas ayudan a formar los tejidos neurales de un niño y apoyan muchos procesos metabólicos. Si estás amamantando mientras dependes de estos medicamentos y experimentas una disminución significativa en estos nutrientes, la salud a largo plazo de tu bebé podría estar en peligro.
Puedes preguntarte cómo todo esto encaja con lo que se conoce sobre la composición de la leche humana. Resulta que décadas de evidencia resaltan el delicado equilibrio de macronutrientes en la leche materna, sin embargo, cada vez más madres son recetadas con medicamentos sin darse cuenta del impacto en la calidad de su leche. Esto añade una capa de urgencia a las discusiones sobre si ajustar o evitar ciertos medicamentos durante la lactancia para proteger la nutrición de un bebé.