La promesa clásica del sueño americano es que, sin importar dónde hayas crecido o cuán desfavorecido hayas sido de niño, aún puedes encontrar un camino hacia la estabilidad financiera en los Estados Unidos si trabajas duro. Sin embargo, la realidad es que la pobreza en los Estados Unidos es mucho más persistente que en otros países de altos ingresos. De hecho, los niños estadounidenses desfavorecidos tienen menos probabilidades de escapar de la pobreza en la vida adulta que los niños desfavorecidos en países como Dinamarca, Alemania o el Reino Unido.
Esta persistencia de la pobreza se debe no solo a la falta de apoyo gubernamental para los niños, sino también a la necesidad de una seguridad social más generosa para los adultos. Un nuevo estudio resalta este factor importante que contribuye a que los niños pobres en Estados Unidos permanezcan en la pobreza en la edad adulta.
Para comprender mejor la relación entre la infancia y la pobreza adulta, hablamos con el autor principal del estudio, Zachary Parolín, profesor asociado en la Universidad de Bocconi y miembro del Centro de Pobreza y Política Social de la Universidad de Columbia. En la conversación, Parolín destaca la importancia del apoyo gubernamental no solo durante la infancia, sino también en la vida adulta para romper el ciclo de la pobreza.
El estudio muestra que la pobreza en Estados Unidos es más persistente que en otros países, y gran parte de esto se debe a la falta de apoyo económico para los adultos que crecieron en la pobreza. Aunque los niños negros tienen más probabilidades de crecer en la pobreza que los niños blancos, la discriminación étnica no necesariamente hace que la pobreza sea más persistente para los niños blancos. La falta de apoyo económico en la vida adulta es un factor clave en la perpetuación de la pobreza.
El estudio resalta la importancia de proporcionar apoyo económico tanto durante la infancia como en la vida adulta para romper el ciclo de la pobreza. Las transferencias de ingresos en la vida adulta tienen el potencial de reducir la conexión entre la pobreza en la infancia y la pobreza en la edad adulta, lo que puede ayudar a mejorar las perspectivas económicas de las personas desfavorecidas.
La investigación destaca la necesidad de abordar la persistencia de la pobreza desde una perspectiva intergeneracional y la importancia de brindar apoyo económico continuo a lo largo de la vida de las personas. Esto no solo puede reducir la pobreza a corto plazo, sino que también puede romper el ciclo de la pobreza y mejorar las oportunidades económicas para todos.