Hace dos años, el director de cine Scott Cooper y el escritor Warren Zanes fueron convocados a la casa de Bruce Springsteen en Nueva Jersey. En cierto modo, la reunión fue una sorpresa: como comenta Cooper, Springsteen era conocido por "decir que no a cada propuesta de hacer una película sobre su vida desde 1986". Pero algo en el guion que Cooper había escrito claramente había despertado su interés. Estaba basado en el libro de Zanes Deliver Me from Nowhere, que no es una biografía tradicional de toda su carrera, sino una historia minuciosamente investigada del álbum de Springsteen de 1982, Nebraska, el cual Zanes describe como "el mayor giro inesperado realizado por alguien que está en lo más alto de las listas en la historia de la música".
Lanzado entre el primer álbum número uno de Springsteen en EE.UU., The River de 1980, y el exitazo mundial Born in the USA de 1984, fue una colección cruda y lo-fi de grabaciones caseras con calidad de demo, hechas en el dormitorio del cantante mientras luchaba contra una depresión. Sus canciones estaban perseguidas por los fantasmas del asesino en serie adolescente de los años 50, Charles Starkweather, y del mafioso ítalo-estadounidense Philip Testa, y por la tensa relación de Springsteen con su padre, un trabajador manual distante y bebedor, cuya esquizofrenia paranoide solo fue diagnosticada más tarde en su vida.
Su sonido, lleno de eco, a veces se parecía menos al heartland rock que lo había hecho famoso y más al notoriamente confrontacional dúo de punk electrónico Suicide. La primera reacción del mánager de Springsteen, Jon Landau, al álbum fue sugerir que Springsteen buscara "ayuda profesional" de un psiquiatra, cosa que luego hizo. También se negó a promocionar el álbum, rechazando dar entrevistas o hacer gira. Aun así, inesperadamente, fue un éxito top cinco a ambos lados del Atlántico.
Es una historia intrigante, aunque llena de desafíos para un cineasta: después de todo, como señala Cooper, es esencialmente la historia de alguien escribiendo y grabando un álbum solo, en su habitación. "¿Cómo capturas el proceso de escritura de manera cinematográfica? ¿Cómo capturas con qué está lidiando un hombre cuando está solo en su dormitorio? ¿Cómo haces cinematográfico el silencio? ¿Cómo haces una historia sobre un hombre muy introspectivo, que se está desmoronando, cinematográfica?".
Aún así, los presagios de su reunión eran buenos. Springsteen parecía entusiasmado. Además, parecía estar de buen humor, a pesar de sufrir una úlcera péptica, y los recibió con unos sándwiches de cheesesteak que, Zanes comentó con ironía, parecían hablar claramente de una carrera que involucra vender más de 140 millones de discos: "filetes de muy alta calidad con cheddar fuerte derretido, entre dos rebanadas de pan artesanal tostado – nadie pasó por Subway para recoger estos".
Pero a pesar de los sándwiches elegantes, Cooper encontró la experiencia "agobiante". Por un lado, había sido un gran fan de Springsteen durante décadas: tenía la costumbre de escuchar Nebraska y el igualmente crudo The Ghost of Tom Joad de 1995 mientras escribía guiones. "Los escuchaba mientras escribía dos películas que hice con Christian Bale, Out of the Furnace y Hostiles, porque tratan sobre hombres que a veces tienen miedo de decir en voz alta con qué están lidiando, de lo que son capaces en la oscuridad, cosas que dan voz a su dolor, y [los álbumes] hablan de la soledad que sufren los hombres estadounidenses y una especie de devastación espiritual".
Por otro lado, ahora tenía que leer el guion delante de Springsteen y Landau, "que son ambos cinéfilos. Antes de ser el mánager de Bruce, Jon Landau no era solo un crítico de rock, era un crítico de cine, estuvo casado con Janet Maslin del New York Times durante años. Estos hombres saben de cine. Así que estoy en casa de Bruce, leyendo el guion en voz alta, todo el diálogo y toda la acción. De vez en cuando, Bruce o Jon decían algo y yo lo apuntaba rápidamente, solo para corregir algo que había escrito, hacerlo más auténtico. Y luego, al final, recuerdo que Bruce me abrazó y dijo: ‘Esto es – vamos allá’. En ese momento, supe que estábamos en marcha". Se ríe. "Una vez recuperé el equilibrio".
De hecho, es difícil no notar el entusiasmo de Springsteen por Deliver Me from Nowhere. A diferencia de Bob Dylan, quien dio su bendición a la aclamada biopic del año pasado A Complete Unknown pero luego se mantuvo totalmente alejado (ni siquiera asistió al estreno), Springsteen ha aparecido en festivales de cine para promocionarla, diciéndole al público en el festival Telluride de Colorado que finalmente rompió el hábito de toda una vida y accedió a hacer una película biográfica porque "soy viejo y ya me da igual lo que haga", subiéndose al escenario en Nueva York para alabar las actuaciones de los actores, lanzar otro de sus ataques contra Donald Trump y cantar su tema de 1999 Land of Hope And Dreams.
Mucho antes de eso, era un visitante habitual del plató – los fans obsesivos de Springsteen siendo lo que son, puedes encontrar una lista detallada de las fechas en que apareció en línea. Cooper dice que su presencia ayudó a "asegurar la autenticidad en cada paso del camino". Odessa Young, que interpreta al interés amoroso ficticio de Springsteen, Faye, estaba absolutamente encantada con su aparición. "Pude pasar el rato con el mayor ídolo musical de mi vida y hacerle un montón de preguntas", dice. "Verlo entrar en [el legendario club de Nueva Jersey] el Stone Pony el día que estábamos filmando allí, alcanzar detrás del mostrador y abrir una cerveza, y ser simplemente un tipo en su ciudad natal – fue increíble".
Sin embargo, quizás vale la pena pensar un momento en Jeremy Allen White. La estrella de The Bear fue la primera elección de Cooper para el papel principal de la película. Habla de él como "uno de los mejores actores de su generación", con una combinación de "humildad y arrogancia" que refleja al sujeto de la película: sin querer sonar mercenario, el hecho de que The Bear ayudó a convertir a White en una estrella enorme e inmediatamente reconocible – el New Yorker describió la respuesta a la campaña publicitaria de White para Calvin Klein como "un frenesí" – sin duda no daña el atractivo comercial de la película.
White como Springsteen con Odessa Young como Faye. Fotografía: 20th Century Studios
White no era músico antes de asumir el papel de Springsteen – dice que pasó "mes tras mes" tomando lecciones, acosado por la pensamiento de que "es imposible que sea capaz de esto y que esto nunca va a funcionar". Después de dominar finalmente tanto la guitarra como una evocación muy impresionante de la voz de Springsteen, se encontró en la difícil posición de tener que pretender ser Bruce Springsteen frente al propio Bruce Springsteen.
"Existe un peso increíble al interpretar a cualquier persona real y especialmente viva", dice. "Esa sensación de responsabilidad siempre va a ser más fuerte y más grande, especialmente cuando tratas con alguien como Bruce, que es conocido y amado por tantos. Creo que al principio estaba casi demasiado preocupado con mi entendimiento de Bruce o el entendimiento público de Bruce y fue algo paralizante al comienzo.
"Después de superar ese miedo inicial, me di cuenta de que la única manera de hacerlo y meterme en el papel era quitar a Bruce Springsteen de la ecuación y abordarlo como un hombre joven que es un músico al borde de esta fama mundial, que está intentando grabar un disco e inspirarse, mientras visita su pasado y su hogar y su relación con la dinámica familiar e intenta averiguar qué le depararía el futuro… Para poder empezar, casi tuve que olvidarlo por un momento."
Por supuesto, olvidar a Bruce Springsteen es más fácil decirlo que hacerlo cuando Bruce Springsteen te está mirando literalmente. "Creo que la primera semana fue difícil para mí porque pienso que mi trabajo como actor es intentar sacudirme la sensación de fraude que uno podría sentir. Es difícil sacudirse eso cuando te enfrentas al hombre al que estás interpretando. Es difícil perderse y pretender a veces y conectar con tu propia realidad y entorno falso, por muy bellamente creado que esté. Esa primera semana fue dura, pero luego él se convirtió en una especie de guía, incluso en silencio conmigo. Pensaba que estaba allí para decirme qué estaba bien o mal sobre cómo sucedieron las cosas, pero con el tiempo me di cuenta de que estaba allí para darnos a mí, a Scott y a todos nosotros permiso para hacer la película. También me di cuenta rápidamente de que, por frágil que me sintiera a veces teniendo a Bruce allí, Bruce se sentía igual de frágil, si no más, presenciando la recreación de esos momentos que él experimentó en aislamiento y soledad."
White dice que Springsteen rara vez interactuaba con él en el set, pero por las nocías le enviaba mensajes de texto, "seleccionando los momentos más pequeños, una mirada, la forma en que estaba sentado o escuchando a alguien más, solo momentos que eran particularmente ciertos o honestos para él. Al final del día de trabajo, a menudo me sentía bastante agotado y dudoso. Así que todo eso ayudó mucho."
Sea como fueran sus interacciones, la actuación funcionó: se especula que White podría optar a un Oscar por su papel en una película que, en cierto sentido, es muy de época, una evocación tanto de un momento en la carrera de Springsteen como de una era en la música pop que ya quedaron en la historia. Como señala Zanes, Nebraska se lanzó en "el amanecer de la era digital", un mundo donde el disco compacto estaba a punto de ser lanzado y MTV empezaba a ganar terreno – dos desarrollos contra los que Nebraska rozaba, con su sonido crudo, una portada que no presentaba una foto de Springsteen sino un paisaje oscuro visto por la ventana de un coche y un vídeo para el sencillo Atlantic City al que Springsteen solo accedió bajo la condición de no aparecer en él.
Mientras tanto, las dudas que su autor sintió en 1982 sobre la posibilidad de convertirse en una superestrella claramente habían sido desterradas para cuando lanzó Born In The USA en 1984, con su sonido orientado al pop y sus vídeos icónicos que presentaban prominentemente a un Springsteen recién musculado: fue el primer disco compacto manufacturado en EE. UU. para su lanzamiento comercial, se convirtió en el álbum más vendido de 1985 y transformó a Springsteen en la megaestrella global que ha sido desde entonces.
Y sin embargo, Zanes dice que, sea una pieza de época o no, algo sobre Nebraska y su creación parece hablarle a una era más moderna. Por un lado, lo ve como un álbum con un enorme impacto en la música rock posterior, que hizo que "la gente se abriera a las posibilidades de salir del estudio de grabación comercial y ver qué más había": su libro cita a Matt Berninger de The National llamándolo "el big bang del rock indie que trataba de hacer las cosas solo en tu habitación… cada banda que buscaba un estilo lo-fi y DIY – Pavement, Silver Jews, Guided by Voices, todo el material indie early. Es como cuando [Bon Iver] hizo For Emma, Forever Ago – estoy seguro de que estaban intentando hacer su versión de Nebraska."
Por otro lado, Zanes sugiere que la historia de Springsteen trabajando arduamente en su habitación, y el álbum sin pulir que surgió como resultado, tiene una resonancia más amplia en 2025. Cuando miro a mis proprios hijos y lo que ellos escuchan, todo tiene las voces perfectamente afinadas. No hablo del autotune, sino de lo que pasa en los estudios donde los ingenieros miran las ondas sonoras. Entonces, incluso si no pueden oír un error, lo pueden ver. Y, ¿quién no va a arreglar algo que se ve mal? Todos somos así… en el mundo de las redes sociales o las citas en línea, puedes modificar tu perfil para evitar el riesgo de equivocarte, de que te vean con la ropa inadecuada o con el pelo un poco desastre. Y el problema con todo esto es que estamos poniendo capas entre nosotros y los demás.
Pero Nebraska es un símbolo de "este soy yo, aquí es donde estoy y, debido a sus imperfecciones, va a estar un poco más cerca de la verdad de mi momento". Así que es una historia sobre 1982, pero también es una historia sobre el ahora. Espero que una cosa que logre la película es hacernos pensar en salir por la puerta menos perfectos y, por eso, un poco más humanos.
Springsteen: Deliver Me from Nowhere se estrena en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia el 24 de octubre.
