La cadena de suministro siempre ha sido un desafío para los hospitales, y su complejidad ahora se ve intensificada por las constantes presiones de costos y las frecuentes interrupciones en los abastecimientos.
En la actualidad, alrededor de la mitad de los grandes sistemas de salud cuentan con un director de cadena de suministro, lo cual refleja el creciente reconocimiento de su importancia estratégica, comentó Tom Lubotsky, quien ocupa este puesto en Allina Health, con sede en Minneapolis.
Allina está fortaleciendo su estrategia de cadena de suministro al abandonar un modelo descentralizado de compras y adoptar un enfoque que prioriza la gobernanza y los procedimientos operativos estandarizados, explicó en una entrevista.
«Todavía tenemos lo que yo llamo cadenas de suministro paralelas dentro de Allina, pero lo que estamos intentando es implementar más procedimientos estandarizados sobre cómo debe ser una buena adquisición, asegurándonos de que se realice de manera correcta en toda la organización. Independientemente de si dependen directamente de la cadena de suministro o no, todos vamos a guiar a la organización hacia mejores prácticas de compra. Eso implica un gran cambio cultural, y creo que muchas organizaciones en el país aún están trabajando en ello», señaló Lubotsky.
Mencionó que el sistema de salud creó un grupo directivo no laboral, compuesto por ejecutivos y líderes senior, para supervisar el gasto en toda la organización.
Por ejemplo, los servicios adquiridos por más de $200,000 ahora requieren una revisión y justificación centralizada, en lugar de ser aprobados a nivel departamental. Un cambio así representa una transformación cultural para alinear las compras con los objetivos generales del sistema de salud, dijo Lubotsky.
Allina también utiliza subcomités clínicos liderados por médicos, como los de ortopedia o cardiología, para asegurar que los contratos sean óptimos en costo y servicio, además de evaluar el cumplimiento de los acuerdos con proveedores.
Estos subcomités también ayudan a gestionar el impacto de las compras de nueva tecnología.
«Aquí es donde los costos pueden dispararse rápidamente en el sistema de salud. Solo para dar contexto, en los primeros cuatro meses [del año] compramos $23 millones en productos nuevos que no habíamos adquirido el año pasado. Claro, eliminamos muchos productos del año anterior, pero hay que gestionar esa diferencia», afirmó Lubotsky.
De cara al futuro, el objetivo es equilibrar la innovación tecnológica con la responsabilidad fiscal, y colaborar con los pagadores para garantizar que las nuevas herramientas digitales sean reembolsadas adecuadamente, agregó.
Mantener esta mentalidad es crucial en medio de los ciclos de expectativas exageradas impulsados por la IA que resuenan en el mundo de la salud digital, añadió Lubotsky.
Respecto a la IA, destacó que esta tecnología puede desbloquear nuevas y emocionantes posibilidades en el sector sanitario, incluso en la gestión de la cadena de suministro.
Los sistemas de salud pueden usar IA para automatizar facturas, simplificar la comparación de contratos, reducir el trabajo manual y asegurar pagos precisos a proveedores, indicó. También mencionó que los hospitales están empleando IA predictiva para anticipar posibles interrupciones y buscar alternativas proactivamente.
Estar preparados para los desabastecimientos antes de que ocurran es crucial: alrededor del 85% de los productos más solicitados por Allina ya tienen sustitutos aprobados para un cambio rápido durante escaseces, declaró Lubotsky.
Además de integrar la IA en los flujos de trabajo, sugirió que los sistemas de salud consideren aliarse con consultores externos. Allina contrató a uno, lo que generó un ahorro de $150 millones en dos años, afirmó.
Mientras los líderes de la cadena de suministro en el sector salud siguen innovando, Lubotsky cree que sus esfuerzos se centrarán en eficiencias impulsadas por la IA, así como en la optimización del uso: no solo comprar los productos correctos al precio adecuado, sino asegurar que se utilicen de manera apropiada en la práctica clínica.
Imagen: Getty Images, Mykyta Dolmatov