Activar los controles parentales puede contribuir a garantizar la seguridad de los niños cuando utilizan herramientas de inteligencia artificial como ChatGPT.
Crédito: WINEXA, Shutterstock
Lo hayamos percibido o no, la inteligencia artificial se ha imbricado en la cotidianidad. Desde 2022, herramientas como ChatGPT se han convertido en el asistente silencioso del que muchos dependemos: auxilia en las tareas escolares, redacta mensajes, planea viajes o simplemente resuelve interrogantes para los que carecemos de paciencia para buscar en Google.
Y los niños, como es lógico, lo han asimilado incluso con mayor celeridad que los adultos.
Para los estudiantes, la IA se ha erigido en la nueva calculadora: un recurso expedito, sencillo y permanentemente accesible. Mas es en esa misma comodidad donde radican los primeros recelos.
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En declaraciones al programa de radio español La Tarde, la experta en tecnología y CEO de Pentaquar Consulting, Estela Luna de María, explicó por qué los progenitores no deberían considerar estas herramientas como inocuas –y por qué su uso sin supervisión puede generar contratiempos.
“Con niños y adolescentes, el control parental no solo es factible, sino imprescindible”, sostuvo.
Cuando la IA “pierde los papeles”
De acuerdo con Luna de María, se dan situaciones en las que ChatGPT puede generar respuestas inapropiadas, inquietantes o simplemente inadecuadas para usuarios más jóvenes. El problema no yace en la malevolencia, sino en la naturaleza de un sistema concebido para responder a cualquier pregunta, sin conocer necesariamente quién la formula.
Explicó que los menores también podrían subir imágenes de carácter personal o compartir información privada sin ser plenamente conscientes de la celeridad con que ésta puede divulgarse en la red.
Existe otro factor que rara vez se aborda: la dependencia emocional.
El año pasado, solamente ChatGPT registró en torno a un millón de consultas relacionadas con el suicidio. Para los jóvenes, especialmente aquellos que lidian con ansiedad o cuestiones identitarias, la tentación de tratar a la IA como un ‘amigo’ o ‘confidente’ es tangible.
“ChatGPT no es un psicólogo”, enfatizó Luna de María. “Comete errores. Puede ofrecer consejos inapropiados o simplemente erróneos.”
Cómo activar los controles parentales – y por qué es relevante
Aunque herramientas como ChatGPT, Gemini o Microsoft Copilot no tienen filtros parentales activados por defecto, sí ofrecen opciones de control parental. No obstante, éstas deben configurarse manualmente.
El proceso funciona mediante una cuenta familiar, donde el perfil del menor está vinculado al de un padre o tutor:
- Ambas cuentas se vinculan mediante correo electrónico o teléfono.
- El progenitor puede visualizar la actividad y las conversaciones.
- El sistema permite a los adultos decidir si los chats se almacenan en línea o únicamente en el dispositivo.
- Se puede restringir la subida de imágenes, protegiendo a los menores de compartir fotos personales de manera accidental.
Una vez activada, la plataforma aplica lo que Luna de María denomina una ‘censura moderada’ – lo que significa que el contenido explícito o inseguro se filtra por defecto.
Esto reviste especial relevancia en un momento en que se prevee que ChatGPT permitirá funcionalidades de conversación erótica para adultos – algo que hace que un filtrado parental robusto sea aún más crucial.
¿Deberían los padres prohibir ChatGPT por completo?
La respuesta de la experta es inmediata: no.
Intentar prohibirlo, afirma, casi garantiza que los niños lo utilicen de todos modos – solo que sin orientación alguna.
En su lugar, sugiere un enfoque más realista:
- Utilizarlo de manera conjunta.
- Explicar que la IA puede equivocarse, incluso cuando suene convincente.
- Dejar claro que se trata de una herramienta, no de una persona.
“Se trata de enseñarles a pensar por sí mismos”, afirma. “A cuestionar. A comprender los límites.”
¿Qué depara el futuro? La verificación de edad en el horizonte
Luna de María considera que, tarde o temprano, el acceso a las herramientas de IA requerirá una verificación de edad, similar a la de los sitios web con contenido para adultos. No para bloquear por completo a los menores, sino para crear versiones diferenciadas de la tecnología en función de la edad.
En su opinión, la IA puede ser sumamente útil – pero solo si los adultos están presentes para guiar su uso entre los jóvenes.
El mensaje es simple: la IA puede auxiliar – pero los niños jamás deberían permanecer solos frente a ella.
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