¿Celebras la llegada del Año Nuevo comiendo doce uvas al compás de las campanadas?
Crédito: Shutterstock, Nick Alias
A medida que se acerca Nochevieja, cobran protagonismo diversas tradiciones y rituales. Una costumbre ampliamente conocida en España consiste en ingerir doce uvas al dar las doce, atribuyéndose a cada una la promesa de buena suerte para los meses venideros. Planteamos a nuestros lectores la siguiente cuestión: ¿consumen ustedes las doce uvas en Nochevieja? Las respuestas obtenidas ofrecen una instantánea de cómo se vive esta noche, entre tradiciones culturales, veladas tranquilas y una buena dosis de humor.
Algunos encuestados adoptan con entusiasmo el ritual de las uvas, especialmente cuando lo vinculan a su lugar de residencia o a la compañía con la que festejan. Archie Rainier fue contundente: “Sí, es la tradición local y nosotros vivimos aquí”. Sandra Daniels coincidió en la importancia de adaptarse al entorno, afirmando sencillamente: “Donde fueres, haz lo que vieres”. Para otros, la tradición se combina felizmente con una copa de algún espumoso. Leroy Asher respondió: “Sí, ¡con champán!”, sugiriendo que las uvas pueden complementar perfectamente los indulgentes festejos navideños más habituales.
Sin embargo, para muchas personas las uvas no forman parte de sus planes en absoluto. Varios señalaron que, simplemente, no es una tradición propia. Richard Webb declaró: “No, no me gustan las uvas y no es mi tradición”, mientras que Angela Edgley explicó: “No, nosotros ya estamos en la cama a las once. Preferimos disfrutar de las uvas con un buen queso a una hora razonable”. El confort y la tranquilidad también fueron prioritarios para Judith D Altavista, quien compartió: “Yo estoy en la cama con mis gatos antes de medianoche”.
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Varios comentarios se decantaron por el humor y la sinceridad sobre cómo transcurre realmente la Nochevieja. Carole Penman admitió: “Siempre se me olvida comprar las uvas, ¿valen un par de copas de vino?”. Robert Riley propuso su propia alternativa: “No, porque no es mi tradición. Aunque tal vez comería doce rolls de salchicha con unos whiskys”. Patrice Sn’Aubrac fue aún más directo: “¡Doce pintas para las diez, lo más probable!”. Stephen Cosgrove reflexionó sobre años de intentos: “En más de veintitrés años, ocasionalmente, cuando hemos salido a algún lugar para Nochevieja, nunca lo hemos logrado completar en el tiempo asignado. Normalmente, demasiado alegres como para querer intentarlo y demasiado alegres como para conseguirlo.”
En conclusión, aunque la tradición de las doce uvas cuenta con sus adeptos, la mayoría de los encuestados respondieron negativamente. Ya sea por costumbres distintas, por veladas más tempranas o por otros placeres alternativos, parece que muchos prefieren recibir el Año Nuevo a su manera más familiar.