Jessica Murphy
BBC News, Banff, Alberta
Reuters
La cumbre del G7 en Canadá, organizada por primera vez por Mark Carney, tenía una agenda cuidadosamente planificada. Sin embargo, ese plan se vio alterado por la guerra entre Israel e Irán y la salida temprana del presidente estadounidense Donald Trump.
Aún así, Carney dijo el martes que esta cumbre "puede marcar el inicio de una nueva era de cooperación que priorice la resiliencia a largo plazo sobre la eficiencia a corto plazo".
Estos son cinco puntos clave del dramático G7 en Kananaskis, Alberta.
La salida repentina de Trump
Los países del G7 —Italia, EE.UU., Francia, Alemania, Reino Unido, Canadá y Japón— se quedaron sin un líder el martes después de que Trump decidiera abandonar la cumbre antes de lo previsto para regresar a Washington.
Los participantes intentaron darle un giro positivo a su abrupta partida. El primer ministro Carney dijo que "entendía completamente" la decisión del presidente, mientras que el mandatario francés Emmanuel Macron calificó de "irrespetuosa" la pregunta de un periodista sobre si el grupo ahora era un "G6".
Trump justificó su salida por los rápidos eventos entre Israel e Irán. La Casa Blanca insistió en que el presidente había tenido un "gran día" en Alberta y logrado mucho durante el viaje.
Denisse Rudich, del G7 Research Group, dijo que la ausencia de Trump no fue necesariamente mala. Mientras él estaba presente, los líderes parecían "caminar sobre cáscaras de huevo", pero al día siguiente "todo fluyó de forma más natural".
Aun así, Trump perdió reuniones bilaterales con el presidente ucraniano Volodimir Zelensky, el primer ministro australiano Anthony Albanese y la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum.
La guerra Israel-Irán desvía la agenda
Para el martes, la atención mundial se había desplazado de las montañas canadienses al conflicto en Medio Oriente y la incertidumbre sobre la posible respuesta de EE.UU.
El conflicto también opacó gran parte del primer día de la cumbre, mientras los líderes buscaban consenso sobre su postura. Finalmente, los siete países —incluido EE.UU.— emitieron un comunicado pidiendo "desescalar las hostilidades en Medio Oriente, incluyendo un alto al fuego en Gaza", aunque sin mencionar explícitamente a Israel e Irán.
Trump luego acusó a Macron de "buscar publicidad" al sugerir que EE.UU. trabajaba por un cese al fuego. Macron respondió: "No soy responsable de los cambios de opinión del gobierno estadounidense".
Ucrania, India y diplomacia
Zelensky se fue de la cumbre con nueva ayuda de Canadá, pero sin una declaración conjunta de apoyo, algo que se atribuyó a la resistencia de EE.UU. Carney negó falta de consenso y señaló el respaldo al "esfuerzo de Trump por lograr paz en Ucrania" en el comunicado final.
Otro tema polémico fue la asistencia del primer ministro indio Narendra Modi, que generó tensiones con la comunidad sij en Canadá. Ambos países acordaron restablecer servicios diplomáticos tras expulsar a embajadores por el asesinato de un líder separatista sij en suelo canadiense.
Pese a los desafíos, Carney logró acuerdos en inteligencia artificial, contrabando de migrantes y minerales críticos.
La agenda comercial de Carney… y la de Trump
Trump buscaba acuerdos comerciales, y aunque no hubo uno con Canadá, celebró un avance con Reino Unido. Japón tampoco logró un pacto, pero ambos países acordaron seguir negociando.
Mientras tanto, la UE dijo que las conversaciones con EE.UU. eran "complejas pero avanzaban", con miras a un acuerdo antes de julio.
Carney, por su parte, promovió el comercio canadiense para reducir la dependencia económica de EE.UU. También se avanzó en un acuerdo de defensa con Europa.
