Texto reescrito en español nivel B2 (con algunos errores mínimos):
Los combatientes yihadistas han lanzado una serie de ataques simultáneos contra puestos militares en varias ciudades de Malí. Este es el tercer ataque importante contra el ejército en el último mes.
El ejército de Malí afirmó que repelió los ataques del martes por la mañana y que "neutralizó" a más de 80 militantes, sin mencionar si hubo otras víctimas.
Sin embargo, Jama’at Nusrat al-Islam wal Muslimin (JNIM), un grupo vinculado a Al-Qaeda que se atribuyó los ataques, declaró que tomó el control de tres cuarteles militares.
Desde hace más de una década, Malí sufre una violenta insurgencia islamista, además de ataques de movimientos separatistas.
En un comunicado transmitido por la televisión nacional, el portavoz del ejército, Souleymane Dembele, dijo: "El enemigo sufrió pérdidas significativas en todos los lugares donde se enfrentaron con las fuerzas de seguridad y defensa".
El coronel Dembele añadió que el ejército recuperó armas, vehículos y motocicletas de los atacantes.
Anteriormente, las fuerzas armadas informaron que los ataques ocurrieron en siete ciudades, incluyendo Binoli, Kayes y Sandere, cerca de la frontera con Senegal. También hubo ataques más al norte, cerca de la frontera con Mauritania.
Un residente en Kayes dijo a la agencia AFP: "Nos despertamos conmocionados esta mañana. Hay disparos y, desde mi casa, veo humo acercándose a la residencia del gobernador".
JNIM calificó su ataque como "coordinado y de alta calidad" en un mensaje en redes sociales, pero no detalló bajas.
El grupo también afirmó haber realizado otros dos ataques recientes importantes.
El 2 de junio, los militantes atacaron un campamento militar y el aeropuerto en la antigua ciudad de Tombuctú, al norte.
Solo un día antes, un asalto dejó al menos 30 soldados muertos en el centro del país.
Estos ataques, que reflejan la creciente inseguridad en Malí y el Sahel, ocurrieron después de que el Comando África de EE.UU. advirtiera sobre los esfuerzos de grupos yihadistas por alcanzar la costa de África Occidental.
En mayo, el general Michael Langley, comandante del Africom, calificó los recientes ataques en Nigeria, el Sahel y la cuenca del lago Chad como "muy preocupantes".
Además, advirtió que el acceso de estos grupos a la costa aumentaría su capacidad para el contrabando y tráfico de armas.
