Coalición de ocho países busca gravar los viajes aéreos de lujo

Países como Francia, Kenya, Barbados y España lanzaron este lunes una coalición para impulsar impuestos a pasajeros aéreos ricos y así ayudar a naciones más pobres a enfrentar el cambio climático, dijo la presidencia francesa.

La coalición, que también incluye a Somalia, Benín, Sierra Leona y Antigua y Barbuda, dijo que buscará aumentar el número de países que gravan boletos de avión, incluyendo viajes en clase ejecutiva y jets privados.

La industria aérea es una fuente importante de emisiones contaminantes que contribuyen al calentamiento global, cuyos peores impactos sufren los países vulnerables en desarrollo, que son los menos responsables.

Antes de la cumbre climática de la ONU en Brasil en noviembre, la presidencia francesa declaró que el grupo trabajará para que el sector de la aviación contribuya más a financiar la adaptación climática.

El objetivo será destinar al menos parte de los impuestos a “inversiones resilientes y transiciones justas” y ayudar a países pobres a generar más ingresos internos, clave para su desarrollo, agregó el comunicado.

Francia, Kenya y Barbados ya habían abogado por estos “impuestos de solidaridad” para financiar acciones climáticas, proponiendo gravámenes al transporte marítimo, combustibles fósiles, plástico y criptomonedas.

El grupo sugirió que impuestos a los vuelos podrían recaudar hasta 187 mil millones de euros si se aplicaran de manera general.

Greenpeace celebró un “paso importante” para obtener más fondos del “viaje más elitista y contaminante”, que ha estado “poco gravado”.

“Acciones audaces y cooperativas que hagan pagar a los contaminadores no solo son justas, sino esenciales”, dijo Rebecca Newsom, líder política de Greenpeace.

El anuncio se dio durante una conferencia de la ONU en España que busca reactivar un sector afectado por recortes en ayuda exterior, lo que perjudica a países pobres en su lucha contra el cambio climático.

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Las naciones ricas, históricamente más responsables del cambio climático, deben financiar la adaptación de países pobres según el Acuerdo de París del 2015.

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