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Y así continúa. El Ayuntamiento de Palma ha desmontado carpas, ha demolido un gigantesco letrero de neón estilo Las Vegas, ha derribado varios puestos de venta, ha arrancado un camino de concreto. Pero todas sus respuestas a las obras ilegales realizadas por los clanes de drogas en Son Banya simplemente resultan en algo nuevo.
Lo último es una estructura de 45 metros cuadrados pintada con los colores de la bandera española. Junto a ella hay banderas reales, focos y luces LED. El edificio improvisado y las luces están destinados a facilitar la venta de drogas. Los colores españoles pretenden apelar al patriotismo del ayuntamiento. “No derribarán esto”.
Fue erigido el Día del Trabajo, un día festivo en el que había falta de vigilancia policial. Pero si realmente creen que el ayuntamiento será permisivo por motivos de patriotismo, la policía está a punto de desengañarlos.
“Están convencidos de que seremos más cuidadosos porque sería sacrílego, pero olvidan que el barco que colocaron en la rotonda (en la carretera ilegal) también tenía los colores de la bandera. Y eso fue destruido”.
La acción policial en Son Banya se ha intensificado. Esto tiene a los clanes preocupados, ya que se dice que la presencia policial está ahuyentando a su base de clientes ‘leales’, que están yendo en cambio a zonas conocidas por la venta de drogas en la ciudad como La Soledat.
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