Cindy Ngamba ya conoce las grandes alegrías y los momentos muy duros que vienen en la carrera de un boxeador.
Ella brilló en Paris 2024 cuando se convirtió en la primera medallista del Equipo Olímpico de Refugiados. Pero a principios de este año, un problema con un examen médico la obligó a retirarse justo antes de su debut profesional.
Esta semana ella ha estado apoyando una maratón de boxeo benéfica. En este evento, entrenadores del equipo británico, apoyados por varios boxeadores, hicieron 50 rondas de golpes al saco para recaudar dinero para Sheffield Mind, que ofrece apoyo de salud mental en la ciudad, y para Roundabout, que trabaja para prevenir la falta de hogar en jóvenes.
“¡Yo no podría aguantar 50 rondas! Están haciendo rondas de tres minutos y a un buen ritmo también”, dijo Ngamba a Sky Sports.
“Hay mucha gente por ahí que lucha con su salud mental y también personas que no tienen un techo donde vivir.
“Nosotros estamos poniendo el sudor para entender como se siente la gente que está luchando.”
La recaudación es para una causa muy serca del corazón de Ngamba.
Es muy tentador para un boxeador no admitir el dolor, ya sea físico o mental. Pero Ngamba dice: “La salud mental es muy, muy importante.
“Los boxeadores somos humanos al fin y al cabo”, continuó. “Yo he tenido problemas con mi salud mental. La salud mental es algo normal, siempre digo que nunca va a desaparecer, pero creo que es cómo lo manejas. Si lo guardas todo adentro y no hablas de ello y no expresas cómo te sientes, un día, de la nada, explotas.
“Mucha gente lucha con su salud mental.”
Atletas famosos, especialmente boxeadores, que hablan sobre problemas de salud mental sí tienen un impacto.
“Figuras clave y superestrellas, mientras más hablan de esto, más gente le presta atención. Así gente normal como nosotros puede pensar: ‘si estas personas luchan con su salud mental, entonces está bien que nosotros hablemos de ello'”, reflexionó Ngamba.
“Yo antes era el tipo de persona que no hablaba de esto. Cuanto más hablas, más libre te sientes y es como si te quitaran un gran peso de los hombros. No es debilidad, no es algo que debería dar vergüenza, yo lo veo como algo humano.”
Esto no siempre fue fácil para Ngamba.
“No voy a hablar por cada boxeador. Para mí es algo difícil, especialmente porque el boxeo es un deporte muy intenso y duro. Es muy físico. Realmente no quieres hablar de tu salud mental y cómo te sientes, etc., solo quieres seguir adelante. Y también es la mentalidad antigua, la forma antigua”, explicó.
“Desde joven siempre pensé ‘solo sigue adelante’ y según te haces un poco mayor, te vuelves más expresivo y aprendes más sobre la vida en general. Figuras importantes en el boxeo hablan de su salud mental, hablan de problemas que han tenido, de derrotas y lesiones.
“Te sientes ansioso, te sientes asustado, es algo con lo que muchos boxeadores luchan.”
Ella siente que las actitudes están cambiando en el deporte. “Creo que más boxeadores se están abriendo un poco. La nueva generación, definitivamente”, dijo Ngamba.
“Los entrenadores también se están tomando su tiempo para hablar con los boxeadores, tratando de entenderlos dentro y fuera del boxeo.
“Una vez tuve miedo de hablar de esto, solo hablaba con mi familia pero nunca se lo decía a los entrenadores porque no quieres ser el que busca atención.
“Piensas: ‘No quiero ser el que busca atención, eso solo muestra que voy a ser débil, que me quejo sin razón, simplemente sigue adelante’.
“Es algo muy humano. Eso es lo que te hace humano.”