La vida de Cheikh Kane parece el guion de una película de Hollywood: una travesía oceánica desgarradora desde Senegal que se cobró la vida de otros viajeros, seguida de años de arduos sacrificios en España, para culminar en el glamour de las pasarelas internacionales.
Hoy, este senegalés de poco más de veinte años, inmigrante, considera Marbella su hogar, donde se ha convertido en un símbolo de carácter, desfilando para marcas como Adidas y Cartier mientras anhela poder ayudar a su familia.
La travesía mortal de Cheikh Kane en una patera
La odisea de Kane comenzó en una angosta patera, una embarcación de pesca tradicional de madera reconvertida para la peligrosa ruta migratoria del Atlántico. Como miles antes que él, partió de las costas de Senegal en pos de una vida mejor, pero el viaje de cinco o seis días se convirtió en una pesadilla. «Fueron los 10 días más duros de mi vida», relató Kane en el programa de televisión Dias de Verano de España. «Se nos acabó el agua y la comida y tuvimos que beber agua del mar.» Cuando la esperanza se desvanecía –su objetivo original de llegar a España para mantener a su familia daba paso al deseo desesperado de solo sobrevivir–, una feroz tormenta azotó la frágil embarcación. Entonces, la salvación: las luces centelleantes de Tenerife surgieron en el horizonte. «Todos empezaron a gritar de alegría», declaró.
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Pero la euforia fue efímera. Días después, Kane supo el devastador balance: de las 300 personas que iban en una embarcación hermana que seguía a la suya, solo ocho sobrevivieron. Peor aún, su mejor amigo se encontraba entre los fallecidos. «Eso me afectó profundamente», admitió, con la voz cargada por el peso de la pérdida.
Al desembarcar en las Islas Canarias, Kane, que aparentaba ser más joven de lo que era, se enfrentó a obstáculos burocráticos inmediatos. Las autoridades lo calcularon en 16 años, derivándolo a un centro de menores durante tres meses. Para demostrar su verdadera edad y obtener permisos de trabajo, necesitaba su documentación natal de Senegal –una demora que implicó que no pudiera ganar dinero legalmente para enviar a su casa–. «Si no era mayor de edad, no podía trabajar ni ayudar a mi familia», explicó.
El comienzo laborioso de Cheikh Kane hacia el estilo de vida de Marbella
Con la documentación finalmente en regla, Kane hizo autoestop hasta Marbella, atraído por un amigo que vendía bolsos de marca falsificados en la calle. Se sumergió en modo supervivencia: esquivando a la policía como mantero, recogiendo aceitunas durante tres meses en Jaén, trabajando en obras de construcción y fregando platos en restaurantes. «Solo intentaba labrarme una vida», afirmó. Trres años agotadores sin antecedentes penales después, le concedieron un permiso de trabajo –su billete hacia la estabilidad–.
El gran salto de Kane llegó de forma inesperada en una club junto a la playa donde trabajaba como relaciones públicas. Un fotógrafo llamado Alexander Santos se fijó en sus rasgos llamativos y su perfil cincelado. «Me preguntó si era modelo. Yo le dije que no sabía nada de eso, pero aun así me contrató para una sesión», recordó Kane. Las fotos causaron sensación en Instagram, atrayendo llamadas de agencias y otros fotógrafos. «Fue como si empezara a ocurrir la magia».
A partir de ahí, la pasarela lo reclamó. Kane ha posado desde entonces para gigantes como Nike, Snipe, Polo y la joyería de lujo Cartier; ha desfilado en la Semana de la Moda de París; y ha aparecido en las páginas de Vogue. «Fue entonces cuando todo cambió», dijo, sonriendo al recordar el cambio de penalidades por alta costura.
No obstante, entre los focos, Kane mantiene los pies en la tierra gracias a sus orígenes. ¿Su sueño último? «Comprar una casa para mi madre en Senegal.» Es un conmovedor momento de cierre del círculo para un hombre que una vez bebió agua de mar para sobrevivir –una prueba de que la resiliencia puede llevarte desde las olas de la desesperación hasta las cumbres del éxito. Mientras los debates sobre migración arrecian en Europa, la historia de Kane se erige en un testimonio del impulso incansable del espíritu humano.