El hombre que orquestó el fallido golpe de Estado contra el gobierno español en febrero de 1981 ha recibido la extremaunción.
Antonio Tejero, de 93 años, se encuentra en un hospital privado en la localidad de Carcaixent, en la Comunidad Valenciana.
Familiares se hallan junto al lecho del ex teniente coronel.
TEJERO LIDERÓ EL ASALTO AL CONGRESO
Contrariamente a informes previos de medios que anunciaron su fallecimiento, aún se encuentra con vida, aunque según los reportes se halla en estado de ‘muerte clínica’.
Tejero residía en Alzira, en una propiedad perteneciente a una de sus hijas.
Nacido el 30 de abril de 1932 en Alhaurín el Grande (Málaga), Antonio Tejero ingresó en la Academia General de Zaragoza a la edad de 19 años.
Llegó a ser jefe de la Comandancia de la Guardia Civil en Málaga, cargo del que fue destituido tras impedir una manifestación de ciudadanos partidarios de la democracia.
p>Junto a otros cuatro individuos, fue responsable de un intento de golpe de Estado en 1978, tres años después de la muerte del General Franco.
Su objetivo era derrocar al Presidente del Gobierno, Adolfo Suárez, y a sus planes para la nueva Constitución.
Aunque el golpe finalmente no se produjo, fue condenado a siete meses de prisión.
Una vez en libertad, comenzó a diseñar los planes para el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
Es tristemente célebre por haber irrumpido en la investidura del sucesor de Suárez, Leopoldo Calvo-Sotelo, en el Congreso de los Diputados.
Tejero irrumpió en la Cámara a las 18:23 horas, acompañado por más de 250 guardias civiles armados, y ordenó a todos los presentes que se tumbasen en el suelo. “¡Al suelo!”, gritó, disparando varios tiros al techo.
El golpe, que contaba con el apoyo de ciertos sectores militares, comenzó a desmoronarse tras el mensaje televisado del Rey Juan Carlos I en la madrugada, quien apareció vestido con el uniforme de Capitán General de los Ejércitos.
EL DISCURSO DEL REY
Dicho mensaje demostraba el apoyo de la Corona a la Constitución y a la democracia.
Ese fue considerado un momento crucial y, tras las 12:00 horas del 24 de febrero, los guardias civiles y Tejero abandonaron el edificio del Congreso.
Dos años más tarde, fue condenado a 30 años de prisión por el delito de rebelión militar consumada, agravado por la reincidencia.
Fue expulsado formalmente de la Guardia Civil y obtuvo la libertad condicional el 3 de diciembre de 1996.