Los expertos coinciden: el apagón fue un llamado de atención, no sobre la energía verde, sino sobre la resistencia de la red, la supervisión y la necesidad de una planificación de contingencia riguroza.
Seis semanas después de que un masivo apagón sumergió a millones en España y Portugal en la oscuridad, las autoridades españolas confirmaron la causa: errores técnicos y mala planificación, no ciberataques ni fallos en las energías renovables.
En una rueda de prensa en Madrid, la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen, descartó teorías conspirativas y especulaciones, aclarando que el corte fue resultado de "pequeñas fallas en la red" al sur de España que escalaron rápidamente a una crisis nacional.
—Fueron fallos en cascada, provocados por errores técnicos y agravados por una pobre planificación de contingencia —dijo Aagesen—. No fue un ciberataque, ni tiene relación con nuestra transición a energías renovables.
El apagón comenzó a las 12:34 del 28 de abril, dejando sin electricidad extensas zonas de ambos países. En solo cinco segundos, España perdió 15 gigavatios, alrededor del 60% de su suministro nacional. La red portuguesa, interconectada, colapsó poco después.
La infraestructura crítica quedó inoperante: redes móviles congeladas, internet desapareció, trenes detenidos y hospitales activando protocolos de emergencia. El servicio se reestableció en la madrugada siguiente, pero las dudas persistieron.
El gobierno confirmó que los operadores no anticiparon la pérdida de una central clave para equilibrar la demanda, uno de varios riesgos ignorados que dejaron al sistema vulnerable.
Tras el incidente, circularon rumores de un ciberataque extranjero, alimentados por la escala y velocidad inéditas del colapso. Sin embargo, investigaciones de agencias de seguridad españolas descartaron sabotaje o interferencia foránea. La causa raíz fueron dos fallos en subestaciones del sur, según Red Eléctrica.
También se rechazó que el alto mix renovable de España —57% en 2024, líder continental— influyera. Aunque críticos alegaron que las renovables podrían aumentar la volatilidad de la red, el presidente Pedro Sánchez defendió la estrategia energética: —No nos desviaremos "ni un milímetro" de nuestras metas climáticas —afirmó.
Los expertos coinciden: el apagón exigió reforzar la red, no cuestionar las renovables.
Mientras España y Portugal avanzan, las autoridades aseguran que se extrajeron lecciones. Pero para millones que quedaron sin luz, señal o energía, la noche del 28 de abril no se olvidará pronto.
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