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Una empresa llamada Iron Star Capital, que convierte contenedores de envío antiguos en viviendas asequibles, puede ofrecer una casa con un dormitorio, un baño y una pequeña cocina por solo 16.000 €. El tiempo de construcción es de 30 días y la propiedad incluye muebles.
Los fundadores de la empresa, Alex Sandor Farkas y Cecilia Quiroga, afirman: “Queremos construir viviendas sociales. Ya tenemos el plan, pero necesitamos el terreno, ya sea alquilado, comprado o arrendado. Estamos abiertos a todas las posibilidades”.
Se han puesto en contacto con los 67 municipios de las Islas Baleares, ofreciendo la posibilidad de construir viviendas asequibles de inmediato. “Pero ninguno ha respondido, excepto Palma, aunque no hemos sabido nada más”.
Sin embargo, hay proyectos y no faltan clientes. En Santa Catalina (Palma), hay un proyecto en una pequeña parcela de 35 metros cuadrados – “dos contenedores por piso, para un edificio de tres plantas”. En Sa Pobla, están desarrollando un chalet con contenedores de envío. Este tendrá 240 metros cuadrados. También en Sa Pobla hay un proyecto de nueve viviendas que utilizan 54 contenedores. Añaden que algunos hoteleros se han puesto en contacto con ellos para desarrollar viviendas para sus empleados.
Un ejemplo de las posibilidades que ofrecen los contenedores se encuentra en una parcela en el polígono industrial de Son Morro en Palma. Catorce contenedores podrán alojar a 28 personas. El enfoque aquí está en los estudiantes.
Los contenedores están construidos con un escudo térmico. “Con esto se puede eliminar la acumulación de calor. Pasan de 38 grados en el interior a solo 25 grados”. Los interiores no dan la impresión de estar en una caja de metal, y grandes ventanas permiten la entrada de luz. Las entradas tienen pequeñas terrazas con persianas mallorquinas recicladas. El tamaño de los contenedores es irrelevante, ya que se pueden apilar o colocar uno al lado del otro. Dos contenedores pueden crear una vivienda de 60 metros cuadrados con dos dormitorios, dos baños y una cocina.
Quiroga destaca que los proyectos actuales tienen licencias municipales y permisos de finalización y que se pueden hipotecar. Ella confía en que la empresa podrá expandirse por toda Mallorca, “que necesita muchas viviendas asequibles”.
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