Caos en el aire: Turistas británicos expulsados del avión de Ryanair en Alicante.

Un incidente destaca las preocupaciones continuas sobre la mala conducta de los turistas en los puntos turísticos de vacaciones en España

Un vuelo de Ryanair de Newcastle a Alicante fue recibido por la policía española el sábado, 18 de mayo, después de que cinco pasajeros británicos causaran una interrupción significativa durante el viaje, lo que llevó a la tripulación a solicitar asistencia policial antes de aterrizar.

El Boeing 737, en ruta hacia el Aeropuerto de Alicante-Elche Miguel Hernández, recibió permiso especial para aterrizar antes de lo previsto debido a las perturbaciones a bordo. Aunque la naturaleza de la interrupción no ha sido detallada oficialmente, se consideró lo suficientemente grave como para que los controladores de tráfico aéreo solicitaran una intervención inmediata.

Al aterrizar, la policía abordó la aeronave e identificó a las personas involucradas. Según informes locales, los cinco pasajeros cooperaron plenamente con las autoridades y fueron retirados sin incidentes.

Un portavoz de Ryanair confirmó el evento, declarando:

“La tripulación de este vuelo de Newcastle a Alicante (18 de mayo) solicitó asistencia policial después de que un grupo de pasajeros se volviera disruptivo a bordo. La aeronave fue recibida por la policía local al llegar al Aeropuerto de Alicante y estos pasajeros fueron retirados. Ryanair tiene una estricta política de tolerancia cero hacia la mala conducta de los pasajeros y seguirá tomando medidas decisivas para combatir el comportamiento indisciplinado de los pasajeros, asegurando que todos los pasajeros y la tripulación viajen en un ambiente seguro y respetuoso.”

El aeropuerto de Alicante-Elche es una puerta de entrada a destinos turísticos populares como Benidorm, conocido por sus playas, vida nocturna y popularidad entre los turistas británicos. Sin embargo, los incidentes con turistas disruptivos, a menudo motivados por el alcohol, se han convertido en una preocupación cada vez más común para las autoridades locales y los negocios.

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Esta reciente perturbación en el aire sigue a un video ampliamente difundido en marzo, que muestra a una turista británica en Benidorm causando caos en un restaurante KFC local. La mujer, descrita por los presentes como con el pelo morado y vistiendo un atuendo colorido, fue filmada gritando al personal, arrojando servilletas y pajitas, y finalmente lanzando un dispensador de servilletas al otro lado del mostrador mientras gritaba obscenidades.

Las imágenes, compartidas en redes sociales con el título “Solo en Benidorm causando problemas por pollo”, reavivaron el debate sobre el comportamiento de los visitantes británicos en España. Los espectadores expresaron frustración y vergüenza, con comentarios como:

“¿Me pueden volver a decir por qué los británicos tienen mala reputación?”
“Por esto España no quiere que vengan turistas…”

España ha sido durante mucho tiempo un destino favorito para los viajeros del Reino Unido, atraídos por su sol, asequibilidad y familiaridad. Sin embargo, el lado oscuro del turismo económico, en particular la intoxicación pública y la conducta disruptiva, está atrayendo una mayor atención.

Con llamados crecientes a controles más estrictos sobre los turistas ruidosos, ambos incidentes subrayan un problema más amplio que los residentes locales y las autoridades están luchando por contener: la delgada línea entre el turismo y la turbulencia.