Los menores de 30 años en Baleares perciben un salario ligeramente superior a la mitad del que obtienen el resto de trabajadores, y la brecha salarial continúa ampliándose. Las remuneraciones de los jóvenes menores de treinta años registran un descenso en contraste con los leves incrementos observados en el conjunto de la población.
Así se desprende del último estudio del Observatorio Laboral de las Islas Baleares. El salario medio (cifras de 2023) fue de 16.388 euros para los menores de 30 años; la media para el conjunto de la población ascendió a 27.537 euros. El informe señala: “La remuneración media del conjunto de la población aumenta cada año, pero los salarios de los jóvenes continúan mostrando una mayor volatilidad.”
El papel protagonista que desempeña la juventud en el buen comportamiento del mercado laboral autonómico —con niveles de ocupación récord desde el fin de la pandemia— no ha eliminado la amenaza de la precariedad. Un 25% de los jóvenes afiliados a la Seguridad Social cuenta con un contrato temporal; la tasa general es del 12%. Casi la mitad de quienes trabajan a tiempo parcial admiten que lo hacen por no haber encontrado un empleo de jornada completa.
La tasa de emancipación residencial de los jóvenes se ha desplomado en la última década. Las últimas cifras publicadas indican que la emancipación del grupo de 16 a 29 años en Baleares fue del 16,2% en 2024. En 2008, el archipiélago lideraba el ranking nacional de emancipación con una tasa cercana al 36%. Desde entonces, la comunidad ha registrado el descenso más pronunciado del país.
El estudio subraya la vulnerabilidad de este grupo de edad ante las crisis económicas, como quedó demostrado durante la pandemia, en la que resultó el más afectado, y afirma: “Los jóvenes enfrentan un mayor riesgo de pobreza y exclusión social, lo cual dificulta enormemente su acceso a la vivienda, ya sea en alquiler o en propiedad, y puede conllevar que aplacen o renuncien a tener descendencia.”
