Buceadores intentando retirar una enorme red fantasma. Crédito: Ana del Castillo / Shutterstock.com
Tras transferir los residuos extraídos del fondo marino del Penyal d’Ifac, la empresa medioambiental Gravity Wave ha dado por concluida oficialmente su operación submarina “Misión Calpe”. La iniciativa se centró en la urgente retirada de una masiva red fantasma, de aproximadamente 400 metros de longitud, que venía atrapando fauna marina en la zona. La operación se llevó a cabo con el apoyo de B100 The Healthy Banking —la marca de banca digital de ABANCA— y Visa.
La intervención cobra una relevancia particular al enmarcarse en la creciente crisis de contaminación por plásticos en el Mediterráneo. Según el estudio *Mare Plasticum: The Mediterranean* (UICN, 2020), se estima que 1.178.000 toneladas de plástico ya se han acumulado en este mar, con 229.000 toneladas adicionales vertiéndose cada año.
Más del cuarenta por ciento de estos residuos está constituido por artes de pesca abandonadas o desechadas, conocidas como redes fantasma. Estos materiales pueden tardar hasta mil años en degradarse, siguiendo atrapando peces, tortugas y otras especies, a la vez que dañan hábitats esenciales como las praderas de posidonia y los arrecifes de coral.
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Un paso clave en la conservación marina
Por este motivo, la eliminación de redes fantasma se ha convertido en una prioridad máxima para la conservación del Mediterráneo, constituyendo el núcleo de la misión de Gravity Wave para combatir este tipo de contaminación. Ignacio Martí, responsable de operaciones de Gravity Wave en la Misión Calpe, explicó: “El objetivo principal era eliminar la red fantasma que seguía atrapando vida marina. Fue un proceso complejo que requirió de una jornada completa de trabajo con grúas embarcadas y buceadores profesionales. Durante la operación, liberamos animales atrapados y actuamos con suma precisión para evitar dañar la pradera de posidonia.”
La actuación se desarrolló en tres fases. Primero, se señalizó y securizó el área para proteger la pradera de Posidonia y garantizar la seguridad del equipo. A continuación, se extrajeron décadas de residuos acumulados —incluyendo la red fantasma de 400 metros, cabos, neumáticos y restos de aparejos de pesca— en un esfuerzo coordinado entre buceadores, barcos grúa y personal técnico. Finalmente, los materiales fueron trasladados al puerto de Calpe, donde Reciclamás se encargó de la gestión de los residuos. Esta fue una tarea particularmente compleja debido a la naturaleza enmarañada de la red, que dificultó su manipulación y medición.
Los próximos pasos incluyen la restauración del hábitat
Esta primera fase tuvo como objetivo la retirada urgente de la red que ponía en peligro a las especies marinas, marcando el inicio de un proyecto más amplio y a largo plazo. El siguiente objetivo es regresar al fondo marino de Calpe para limpiar los restos de debris y comenzar a restaurar el ecosistema submarino a su estado natural de hace 50 años.
La operación se realizó en colaboración con el equipo científico de IMEDMAR-UCV, el cual ayudó a definir las áreas de actuación y a documentar las interacciones entre los residuos y las comunidades marinas en recuperación. Las futuras etapas —Fase 2 y Fase 3— se centrarán en la retirada de residuos adicionales y en la restauración de hábitats marinos, con el objetivo de convertir a Calpe en un referente nacional de conservación marina y regeneración ecológica.
Un espacio marino único
Gravity Wave ha hecho un llamamiento a las organizaciones y entidades interesadas en unirse a la iniciativa para que colaboren activamente en la recuperación de este singular espacio marino.
Julen Rodríguez, co-CEO de Gravity Wave, concluyó: “Nuestro compromiso es recuperar y proteger este lugar, que es nuestro hogar y donde comenzó nuestro proyecto. Queremos que Calpe se regenere naturalmente, como estaba hace medio siglo, y se convierta en un ejemplo puntero de restauración marina en toda la región mediterránea.”
