El butirato, un ácido graso de cadena corta (AGCC) producido en el colon mediante la fermentación bacteriana de la fibra dietética, es un metabolito que nutre a los colonocitos (es decir, las células que revisten el colon). Curiosamente, también es una molécula de señalización importante dentro de la compleja red de comunicación entre el intestino y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro.
Como se explica en un artículo publicado en Nutrients, el eje intestino-cerebro es un sistema de comunicación bidireccional que implica una interacción dinámica de vías neurales, hormonales, inmunes y metabólicas, permitiendo un intercambio constante de información entre el tracto gastrointestinal y el sistema nervioso central.
Este intercambio de información afecta a una multitud de funciones, desde la tolerancia al estrés y al dolor hasta la inmunidad, la función cerebral e incluso el estado de ánimo.
El papel del butirato en la lucha contra la neuroinflamación
Cuando la inflamación en el cerebro (neuroinflamación) se vuelve crónica, genera daño neuronal, disfunción sináptica y, en última instancia, deterioro cognitivo.
La neuroinflamación es ampliamente reconocida como un factor clave en el desarrollo y progresión de una amplia gama de enfermedades neurodegenerativas, incluyendo el alzhéimer, el párkinson y la esclerosis múltiple.
En este contexto, los investigadores buscaron comprender cómo el butirato, que se origina en el intestino, promueve la salud cerebral.
• El butirato mejora la función mitocondrial en las células cerebrales — En un metaanálisis publicado en Neuroscience Letters, los investigadores plantearon la hipótesis de que el butirato puede promover la salud cerebral debido a sus diversos modos de acción que influyen en el eje intestino-cerebro. En particular, propusieron que el butirato producido mediante la fermentación de fibra dietética mejora la salud de las mitocondrias ubicadas en el cerebro.
“Aunque los eventos metabólicos en el colon pueden parecer desconectados de los del cerebro, es importante considerar las inmensas demandas energéticas del cerebro y la desregulación energética que ocurre en este en muchas enfermedades neurológicas. Quizás el mejor ejemplo citado es la reducción en la utilización de glucosa en el cerebro con alzhéimer, que ocurre en las etapas más tempranas de la enfermedad y mucho antes de la pérdida de memoria…
Sin embargo, hipotetizamos que si se pudieran alcanzar niveles suficientes de butirato en el cerebro, este podría actuar como sustrato energético, como en el colon, y restaurar la homeostasis energética”, afirmaron los investigadores.
• Los peligros de la reducida disponibilidad de glucosa en el cerebro — Los autores del estudio destacaron este problema, que “se cree contribuye a la disfunción mitocondrial en enfermedades neurológicas agudas y crónicas”. Estos hallazgos refuerzan lo que he escrito antes sobre los peligros para la salud de seguir una dieta baja en carbohidratos, ya que el cuerpo realmente necesita carbohidratos para funcionar de manera óptima.
• El butirato reduce el riesgo de cáncer de colon — Según la evidencia revisada por los investigadores, el butirato activa el GPR109a (un receptor acoplado a proteína G encontrado en la superficie de las células), que pertenece a la gran familia de receptores acoplados a proteínas G.
Este receptor está presente en colonocitos y células T, y cuando esta proteína en particular se expresa, desencadena la muerte celular programada (apoptosis) en células de cáncer de colon humano.
Una mirada más profunda a la capacidad del butirato para inhibir la neuroinflamación
El butirato también inhibe vías de señalización proinflamatorias, como la vía del factor nuclear kappa-light-chain-enhancer de células B activadas (NF-κB), un regulador maestro de la inflamación. Como se explica en el artículo de Neuroscience Letters:
“El tratamiento con β-hidroxibutirato indujo efectos antiinflamatorios tanto en modelos in vitro como in vivo de enfermedad de Parkinson mediante la activación de GPR109a y la regulación a la baja de la activación de NF-κB. Las neuronas también fueron protegidas de lesiones inducidas por LPS y se mejoraron los resultados conductuales en los modelos animales.”
Al inhibir la activación de NF-κB, el butirato reduce la producción de mediadores inflamatorios como las citoquinas, que promueven la disfunción sináptica que contribuye al empeoramiento de la salud cerebral.
• El butirato inhibe las histona deacetilasas (HDAC) — Estas enzimas modifican las histonas, proteínas alrededor de las cuales se envuelve el ADN, influyendo así en la expresión génica.
• La inhibición de HDAC maneja la inflamación cerebral — Al inhibir las HDAC, el butirato induce modificaciones epigenéticas que alteran la expresión génica en las células cerebrales, disminuyendo así la producción de sustancias proinflamatorias mientras aumenta simultáneamente la producción de moléculas antiinflamatorias, amortiguando efectivamente la respuesta inflamatoria en el cerebro.
Profundizando más, un estudio publicado en Frontiers in Neuroscience ofrece una visión más matizada de las capacidades del butirato para limitar las HDAC y ayudar a combatir la neuroinflamación asociada al ictus isquémico:
“Además de su papel como agente antitumoral, el butirato logra parcialmente sus efectos antiinflamatorios al inhibir la HDAC.
Por ejemplo, el butirato redujo la neuroinflamación causada por la microglía en ratones con ictus isquémico al inhibir la HDAC, alterando así la iniciación génica de la acetilación de histona-3-lisina 9 (H3K9ac) en la microglía. En conclusión, el butirato modula la microglía en el cerebro para atenuar la neuroinflamación en el ictus isquémico mediante múltiples mecanismos.”
• El butirato reduce el riesgo de enfermedad de Alzheimer — Otro estudio, que utilizó modelos animales de alzhéimer, demostró que el butirato reduce la acumulación de placas de amiloide-beta, un sello patológico de la enfermedad, y simultáneamente mejora la función cognitiva. De hecho, fue capaz de reducir las placas hasta en un 40%.
• La estimulación de GLP-1 por el butirato ayuda a luchar contra el párkinson — Modelos animales han mostrado que el butirato tiene efectos protectores al estimular el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1). Los agonistas del receptor de GLP-1 se estudian activamente como tratamientos potenciales para el párkinson porque parecen tener efectos neuroprotectores.
Además de reducir la inflamación cerebral, investigaciones han demostrado que el GLP-1 protege las neuronas productoras de dopamina, que se dañan en el párkinson, al reducir el estrés oxidativo y mejorar la función mitocondrial. El GLP-1 también:
• Mejora la autofagia — El proceso de limpieza natural de la célula que elimina proteínas dañadas y componentes celulares. Esto es particularmente importante porque el párkinson implica la acumulación de proteínas mal plegadas (especialmente alfa-sinucleína).
• Mejora la función metabólica — Aumenta la sensibilidad a la insulina y el metabolismo energético celular en el cerebro, que a menudo se ve afectado en el párkinson. Un mejor metabolismo energético ayuda a las neuronas a funcionar de manera más efectiva y resistir el daño.
El papel del butirato en la función de los neurotransmisores y el estado de ánimo
Los neurotransmisores son mensajeros químicos que transmiten señales entre las células nerviosas (neuronas) en el cerebro, orquestando una vasta gama de funciones cerebrales, incluidos el estado de ánimo, el comportamiento, la cognición, el sueño y el apetito. Con base en la evidencia publicada, el butirato (junto con otros AGCC) influye en la producción, liberación y señalización de diversos neurotransmisores clave, como el GABA (ácido gamma-aminobutírico) y la dopamina.¹⁷
• El GABA es el principal neurotransmisor inhibitorio del cerebro — Actúa como un agente calmante natural al reducir la excitabilidad neuronal, promover la relajación y aliviar la ansiedad.¹⁸
Se ha demostrado que el butirato y otros AGCC potencian la producción de GABA en el intestino; notablemente, estudios revelan que el GABA ayuda a modular el dolor abdominal y los trastornos intestinales, evidenciando la relación simbiótica del eje intestino-cerebro.¹⁹
• La dopamina regula las respuestas de recompensa — Este neurotransmisor, vinculado a la motivación, el movimiento y el placer, también es modulado por el butirato. Este atraviesa la barrera hematoencefálica para aumentar su producción, así como la función y el desarrollo microglial.²⁰
Al modular estos sistemas vitales de neurotransmisión, el butirato ejerce una influencia significativa en trastornos del estado de ánimo como la ansiedad y la depresión. La investigación muestra un vínculo entre una composición alterada de la microbiota intestinal, una reducción en la producción de butirato y el desarrollo de estas condiciones.²¹
## El Butirato y el Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro
El factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) es un miembro de la familia de las neurotrofinas, factores de crecimiento esenciales para la supervivencia, crecimiento, diferenciación y mantenimiento de las neuronas. El BDNF desempeña un papel vital en la plasticidad neuronal —la capacidad del cerebro para cambiar y adaptar su estructura y función ante estímulos externos—, siendo fundamental para el aprendizaje y la formación de memoria.²²,²³
• Se incrementa la producción y expresión de BDNF — Estudios demuestran que el butirato aumenta la producción de BDNF, dirigiéndose a regiones cerebrales esenciales para el aprendizaje y la memoria, como el hipocampo, mediante la inhibición de las HDAC.²⁴ Este incremento de BDNF promueve la neurogénesis (el nacimiento de nuevas neuronas),²⁵ fortalece las conexiones neuronales existentes (sinapsis)²⁶ y protege a las neuronas del daño inflamatorio.²⁷
• Su deficiencia incrementa el riesgo de condiciones neurológicas — Niveles reducidos de BDNF se han asociado consistentemente con la fisiopatología de diversas condiciones neurológicas y psiquiátricas, como la depresión²⁸ y la enfermedad de Alzheimer.²⁹ Al potenciar la producción de butirato, el consiguiente aumento en los niveles de BDNF protege contra estas condiciones debilitantes y promueve la resiliencia cognitiva.
## El Papel del Butirato en la Comunicación del Nervio Vago
El nervio vago, a menudo llamado el “nervio errante” debido a su extensa red por el cuerpo, es el nervio craneal más largo y sirve como una autopista principal de comunicación entre el intestino y el cerebro.³⁰
• El nervio vago permite la comunicación entre su intestino y cerebro — Esencialmente, este nervio funciona como la autopista de información del eje intestino-cerebro, afectando una amplia gama de funciones neurales y digestivas, como la regulación del ánimo, la respuesta al estrés, el control del apetito y la función inmune.
• El butirato viaja a lo largo del nervio vago — La información sensorial originada en el intestino, incluyendo señales relacionadas con la presencia y concentración de butirato, viaja por el nervio vago hasta alcanzar diversas regiones cerebrales, influyendo en su actividad y función.
• El butirato estimula directamente las terminaciones nerviosas en el revestimiento intestinal — Este proceso desencadena la transmisión de señales eléctricas y químicas al cerebro a través del nervio vago.³¹
## Integrando la Salud Intestinal y la Salud Cerebral
La fibra dietética es el combustible responsable por la producción de butirato y otros AGCC en su intestino. Desde allí, el butirato ejerce su magia metabólica sobre el eje intestino-cerebro, ayudando a promover la función cognitiva. Pero, ¿cómo aumentar eficazmente la producción de butirato? Si bien la respuesta obvia es incrementar el consumo de fibra, existen matices en este enfoque.
• Comience con carbohidratos saludables — Si solo tiene problemas intestinales moderados, podrá comenzar de inmediato con opciones como el arroz blanco y frutas maduras enteras.
• Los problemas intestinales severos requieren un enfoque diferente — Si su salud intestinal está gravemente comprometida, es importante reconstruirla desde sus cimientos. Recomiendo beber sorbos de agua con dextrosa a lo largo del día como una solución transitoria hasta que pueda consumir frutas y arroz. A diferencia de los carbohidratos complejos, la dextrosa se metaboliza en el intestino delgado y no alimenta a las bacterias dañinas en el colon.
• Añada más fibra dietética a largo plazo — A medida que su intestino comience a mejorar, podrá pasar a vegetales y almidones más ricos en fibra sin generar problemas digestivos. Pero la fibra dietética no es el único aspecto a enfatizar al optimizar la salud intestinal general. También es recomendable incorporar más alimentos fermentados a su dieta. Este enfoque ayuda a restaurar un microbioma intestinal equilibrado, significando que sus bacterias benéficas mantienen bajo control a las bacterias patógenas.
Aquí hay recomendaciones adicionales que ayudarán a optimizar aún más su conexión intestino-cerebro:
1. Prepare sus propios alimentos fermentados en casa — Elaborar alimentos fermentados en casa garantiza que recibirá probióticos frescos y potentes. Opciones caseras como el yogur, el kéfir y el chucrut contienen una gama diversa de bacterias beneficiosas esenciales para un microbioma intestinal saludable.
Además, preparar sus propios alimentos fermentados es económico y le permite controlar los ingredientes, evitando aditivos innecesarios, ingredientes genéticamente modificados y azúcares refinados presentes en productos probióticos masivos.
2. Evite los alimentos fermentados comerciales pasteurizados — Los alimentos fermentados disponibles comercialmente suelen estar pasteurizados para extender su vida útil, lo que mata las bacterias vivas necesarias para la salud intestinal. Si no puede preparar vegetales fermentados en casa, opte por productos tradicionalmente fermentados, no pasteurizados, provenientes de negocios de buena reputación. Pero, nuevamente, una mejor solución es prepararlos usted mismo para maximizar los beneficios.
3. Incorpore diversos alimentos fermentados a su dieta — La diversidad es clave en cuanto a los alimentos fermentados. Distintos tipos ofrecen cepas únicas de probióticos que trabajan sinérgicamente para mejorar la resiliencia de su microbioma intestinal.
Incluya en sus comidas diarias un abanico de opciones como el kimchi, el natto, el yogur casero y los vegetales fermentados caseros. La variedad asegura un microbioma robusto y equilibrado, esencial para una comunicación óptima entre el intestino y el cerebro.
4. Mantenga un consumo constante — Consumir alimentos fermentados regularmente es esencial para sostener un microbioma intestinal saludable y obtener beneficios a largo plazo para la salud mental. Esto se debe a que la dieta occidental moderna está llena de ingredientes que destruyen continuamente las bacterias intestinales benéficas. Por lo tanto, es importante resembrar su intestino con probióticos.
Cree el hábito de incluir alimentos fermentados en su dieta diaria, ya sea en comidas principales o refrigerios. La consistencia ayuda a mantener la diversidad de la microbiota intestinal, reduce la inflamación y apoya niveles estables de neurotransmisores, todo lo cual contribuye a un mejor estado de ánimo y función cognitiva.
## Preguntas Frecuentes Sobre el Papel del Butirato en el Eje Intestino-Cerebro
**P: ¿Qué es el butirato y por qué es importante?**
**R:** El butirato es un ácido graso de cadena corta que se produce cuando las bacterias beneficiosas de su colon fermentan la fibra dietética. **Más allá de nutrir las células del colon, el butirato también actúa como una molécula de señalización crucial a lo largo del eje intestino-cerebro, ayudando a regular la inflamación, el estado de ánimo y el metabolismo energético.**
P: ¿Cómo combate el butirato la neuroinflamación y apoya la salud cerebral?
**R:** Los estudios demuestran que el butirato inhibe vías inflamatorias, en particular la vía NF-κB, e incluso **potencia** la función mitocondrial de las neuronas. Al reducir la inflamación y el estrés oxidativo cerebral, ayuda a proteger las neuronas, lo que contribuye a disminuir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, el Párkinson y la esclerosis múltiple.
P: ¿Cómo influye el butirato en el estado de ánimo y la función de los neurotransmisores?
**R:** El butirato ayuda a regular neurotransmisores clave, como el GABA y la dopamina. Estos neurotransmisores desempeñan un papel fundamental en el estado de ánimo, la ansiedad y las respuestas de recompensa. Al favorecer un equilibrio saludable de estas sustancias, el butirato contribuye a un mayor bienestar mental y reduce los síntomas de ansiedad y depresión.
P: ¿Qué papel desempeña el butirato en la prevención del cáncer de colon?
**R:** Las investigaciones destacan que el butirato activa un receptor llamado GPR109a en los colonocitos y en ciertas células inmunitarias. Cuando se activa, este receptor desencadena la apoptosis (muerte celular programada) en las células cancerosas del colon, lo que indica que el butirato ayuda a protejer contra este tipo de cáncer.
P: ¿Cómo puedo aumentar mis niveles de butirato para beneficiar el eje intestino-cerebro?
**R:** Consumir suficiente fibra dietética (especialmente de almidones resistentes, frutas y verduras) es fundamental para estimular la producción de butirato. Los alimentos fermentados, como el yogur casero, el kéfir y el chucrut, enriquecen aún más la microbiota intestinal, mejorando la producción natural de butirato. Si se padecen problemas intestinales graves, se recomienda comenzar con carbohidratos de fácil digestión (como agua con dextrosa) e ir incrementando gradualmente la ingesta de fibra para reconstruir la salud intestinal con el tiempo.
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**¿Cómo ayuda la terapia de hidrógeno a revertir la enfermedad del hígado graso?**
* Bloqueando la absorción de toxinas en el estómago antes de que lleguen al hígado.
* **Restaurando la producción de energía mitocondrial en el hígado.**
* Suprimiendo el apetito y la ingesta calórica.
* Aumentando únicamente la secreción de bilis.
**Explicación:** El hidrógeno mejora la función mitocondrial en las células hepáticas, permitiendo que la grasa se procese de manera eficiente en lugar de acumularse. [Aprende más.](https://articles.mercola.com/sites/articles/archive/2025/12/28/hydrogen-therapy-reverses-fatty-liver-disease.aspx)