A Viviana le resulta incomprensible que algunos de sus mayores —empezando por su propia abuela— recuerden con añoranza la dictadura del General Francisco Franco, "una de las peores épocas para las mujeres en España". "Por no mencionar que era ‘amigo’ de Hitler, ¿verdad?", comentó la estudiante de biología de veinte años a la AFP, en un momento en el que distintas generaciones de españoles lidian con el legado divisivo del dictador, cincuenta años después de su fallecimiento.
El fin del gobierno férreo de Franco (1939-1975) supuso un punto de inflexión crucial para las mujeres españolas, cuyas vidas experimentaron transformaciones profundas en las décasdas siguientes. Sin capacidad para abrir una cuenta bancaria, viajar libremente, divorciarse de sus maridos o abortar, las mujeres bajo el franquismo eran ciudadanas de segunda, relegadas al rol de madres y esposas.
Hoy, las españolas viven en un país socialmente liberal, considerado pionero en la promoción de la igualdad, los derechos LGTBIQ y la lucha contra la violencia de género. No obstante, la abuela de Viviana, María del Pilar Sanz, de 77 años, asegura que "tuvo una buena vida" durante el régimen y no alcanza a entender por qué "la gente se queja tanto". "Muchas veces me preguntan: ‘Con Franco, ¿cómo lo viviste?’. Y yo digo: ‘Chicos, yo nunca tuve problemas’", afirma Del Pilar Sanz, quien reside en Madrid con su hija Mónica Fernández y con Viviana.
Fernández, la madre de Viviana, opina que hay personas que "no perciben la carencia de libertades", incluso en una dictadura, cuando "no están muy metidas en política". "Ellas conservan esos recuerdos de que, al fin y al cabo, lo básico como la seguridad o el trabajo estaban garantizados. Y eso siempre aporta mucha tranquilidad", señaló Fernández, refiriéndose a la postura profranquista de su madre.
‘Una gran revolución’
Fernández, de 53 años, experimentó el "cambio brusco" de la sociedad postfranquista, cuando "de repente surgieron multitud de situaciones que antes se miraban mal". Recuerda cómo la ley de divorcio de 1981 supuso una "gran revolución" para la sociedad y subrayó el auge del feminismo. "Ahora vivimos en una sociedad muy sexualizada, que es la sociedad de Viviana, donde se ha pasado de un extremo a otro", afirmó Fernández.
María Jesús Fraga, de 78 años, también pertenece a la generación mayor representada por la madre de Fernández. Pero ella no observa el pasado con nostalgia. "Vivíamos muy reprimidas y con muy poco", relató a la AFP, evocando cómo a las mujeres las echaban de la iglesia si llevaban el peinado incorrecto. La reputación de España como destino turístico de masas nació bajo el franquismo desde la década de 1950, pero las mujeres en bikini tomando el sol en las pintorescas playas mediterráneas eran extranjeras. Poniendo de relieve la doble moral de una sociedad atada a la moral católica tradicional, Fraga afirmó que las españolas "podían incluso ir a la cárcel" por adulterio. "Si una mujer cometía adulterio, era castigada; en cambio, si lo cometía un hombre, no", añadió la escritora y catedrática universitaria.
‘No quieren saber’
En un España que conmemora medio siglo de cambios desde la muerte de Franco, su mandato de 36 años sigue siendo un tema delicado y polarizante. Los sucesivos gobiernos del presidente socialista Pedro Sánchez, desde 2018, han buscado el reconocimiento y las reparaciones para las víctimas de la dictadura, aunque sus críticos alegan que está reabriendo innecesariamente las heridas del pasado. La oposición de derechas ha prometido derogar la Ley de Memoria Democrática de 2022, que rehabilita la memoria de las víctimas, si regresa al poder.
Según las encuestas, los jóvenes suelen tener un conocimiento fragmentario de estas páginas oscuras y divisorias de la historia de España. Viviana confiesa que nunca habla de Franco con su abuela nostálgica "porque sería discutir". Para Del Pilar Sanz, intentar explicar su visión más favorable de Franco a las generaciones más jóvenes es inútil. La pensionista afirma que ha "hablado muchas veces" de Franco con su hija Mónica, "pero ella no se cree mucho de lo que le digo". En cuanto a Viviana, "le entra por un oído y le sale por el otro. Los jóvenes no quieren saber nada de esto", sentenció Del Pilar Sanz.
