Bruselas rechaza las presiones de Washington sobre la normativa climática

COMUNICADO OFICIAL

La Comisión Europea rechazó tajantemente este jueves las exigencias formuladas por Estados Unidos en relación con su normativa medioambiental, la cual Washington considera excesivamente restrictiva para sus empresas.

"Nuestra legislación y nuestra autoridad reguladora no son negociables", afirmó el portavoz adjunto del Ejecutivo comunitario, Olof Gill, dejando claro que la UE no cederá en su potestad para adoptar normativa.

Esta última iniciativa para contrarrestar las presiones estadounidenses se produce después de que un funcionario europeo confirmara a Euronews que la administración estadounidense remitió esta semana un documento a la Comisión solicitando la exención de las empresas de ese país del cumplimiento de la directiva europea sobre diligencia debida corporativa (en la jerga comunitaria, CSDDD).

La histórica normativa de la UE sobre la cadena de suministro corporativa, aprobada el año pasado, obliga a las empresas a auditar sus cadenas de valor para identificar prácticas laborales y medioambientales indebidas.

El embate de Washington se vio reforzado esta semana por la Cámara de Comercio estadounidense, el principal grupo de presión empresarial del país, que en un documento difundido en cadena el miércoles instó a la UE a revertir el principio de extraterritorialidad que equipara a empresas europeas y foráneas bajo estos requisitos regulatorios.

El "diseño flagrante (de la directiva) podría entorpecer las negociaciones comerciales transatlánticas e internacionales al actuar como una barrera no arancelaria de facto, dado que los exportadores de terceros países afrontarían obligaciones en cuya configuración no participaron", sostiene el texto.

El ‘Acuerdo Turnberry’: una tregua temporal

La presión de Estados Unidos sobre la legislación europea, ya sea en materia digital o climática, ha sido incesante desde el regreso al poder del presidente Donald Trump, incluso después de que la UE y EE.UU. firmaran un acuerdo comercial en julio con el objetivo de apaciguar las tensiones transatlánticas.

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Según el comunicado conjunto publicado semanas después de dicho "Acuerdo Turnberry", la UE se compromete a aplicar un arancel del 15% sobre sus exportaciones a Estados Unidos. No obstante, una cláusula hace también referencia a la directiva europea sobre diligencia debida corporativa.

"La Unión Europea se compromete a trabajar para abordar las preocupaciones de Estados Unidos respecto a la imposición de requisitos de CSDDD a empresas de países extracomunitarios con regulaciones nacionales de alta calidad", reza la declaración conjunta.

"El Acuerdo Turnberry fue solo una etapa de estabilización temporal", declaró a Euronews Elvire Fabry, experta del Instituto Jacques Delors.

"No sorprende que Trump esté respondiendo ante una serie de irritantes. Al menos ahora contamos con un canal de diálogo, pero Trump no dudará en recurrir a la coerción si lo cree necesario, y los europeos deberán determinar cuál es su línea roja".

Presionada por los periodistas, la Comisión insistió reiteradamente este jueves en que se centra en implementar el acuerdo, generando incertidumbre sobre el futuro de esta normativa, mencionada en el pacto comercial.

Las exigencias estadounidenses de esta semana someten a la UE a una presión creciente en el marco de las continuas negociaciones comerciales.

Ambas administraciones han iniciado conversaciones sobre el acero, que sigue sujeto a un arancel estadounidense del 50%, y la Comisión también espera negociar ciertas exenciones a los aranceles del 15%, particularmente para vinos y bebidas espirituosas, sector en el que Francia, España e Italia trabajan activamente para reducirlos.