Bombarderos furtivos de EE.UU. contactan al control aéreo de Sevilla al regresar de bombardear Irán

SIETE bombarderos furtivos estadounidenses B-2 Spirit, excepcionalmente raros, realizaron una llamada sorpresa al Control de Tráfico Aéreo de Sevilla durante su regreso tras bombardear Irán.

Estos aviones, que repostaron combustible sobre el Mar Mediterráneo, se dirigían de vuelta a sus bases en EE.UU. tras participar en los ataques en Oriente Medio el pasado domingo.

La comunicación, capturada en un audio difundido en redes sociales, reveló detalles operativos de los bombarderos. Hubo dos escuadrones: BATT 11, con cuatro B-2 con destino a la Base Aérea de Barksdale en Louisiana, y BATT 21, con tres B-2 cuyo destino no fue especificado.

«BATT 11, una pregunta: ¿puede deletrear su indicativo?», pidió el controlador de Sevilla. Luego añadió: «¿Cuál es su destino de aterrizaje?».

«Confirme cuántas aeronaves hay en formación», solicitó otro controlador a BATT 21.

«Sí, señor, un vuelo de tres», respondió el capitán del bombardero furtivo.

Este intercambio ocurrió sobre el Estrecho de Gibraltar, punto crítico para la aviación militar y comercial.

Los B-2 Spirit, conocidos por penetrar territorio enemigo sin ser detectados, formaron parte de una ofensiva israelí contra instalaciones nucleares iraníes.

La operación se produjo dos días después de que Donald Trump anunciara que esperaría «dos semanas» antes de decidir sobre una intervención directa de EE.UU.

Se cree que el grupo atacó la planta nuclear de Fordow, enterrada profundamente, con bombas MOP diseñadas para blancos reforzados. También habrían bombardeado las instalaciones de Natanz e Isfahán, rompiendo décadas de política estadounidense hacia Irán y aumentando tensiones en la región.

Para España, la presencia de estas aeronaves cerca de su espacio aéreo es un recordatorio de la dinámica geopolítica actual.

LEAR  Adversarias de Filipinas, Túnez e Irán, llegan sin figuras clave

El Estrecho de Gibraltar, paso estratégico entre Europa y África, siempre ha sido clave para operaciones militares.

La interacción con el control aéreo de Sevilla evidencia la complejidad de coordinar vuelos militares internacionales con tráfico civil, especialmente dada la tecnología furtiva del B-2 y la sensibilidad de su misión.

Desarrollado durante la Guerra Fría para penetrar el espacio aéreo soviético, el B-2 Spirit tiene un alcance de más de 6,000 millas náuticas sin repostar, y puede superar las 10,000 con reaprovisionamiento en vuelo.

Durante el regreso, los pilotos confirmaron sus indicativos e intenciones ante Sevilla—un requisito procedimental que también sirvió como reconocimiento público de sus actividades recientes.

(Enlace: ¿Subirán los precios de la gasolina en España si Irán cierra el Estrecho de Hormuz?)

(Enlace: Escándalos de corrupción que rodean a Pedro Sánchez: ¿sobrevirá?)